Presentación oral: los 6 errores más comunes

6 Sep 2018
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Presentación oral: los 6 errores más comunes

¿Tienes que hacer una presentación oral en clase? Te contamos los 6 errores más comunes y cómo solucionarlos.

presentación oral

Es muy normal que nos pongamos de los nervios antes de exponer un trabajo. El corazón se acelera, nos sudan las manos, nos tiembla el pulso, nos cambia la voz y el miedo a hacer el ridículo se nos anuda al estómago como una boa constrictor. Pero, como con todo, la práctica hace la perfección y, tras unas cuantas exposiciones orales, será pan comido. Ahora bien, para llegar a eso, a la aparente tranquilidad absoluta del buen orador, hay que pasar primero por los nueve círculos del infierno de Dante. No pasa nada, estamos para ayudarte: en esta horrible fase de aprendizaje queremos ser tu Virgilio y guiarte para que todo vaya lo mejor posible y hagas una gran presentación.

El gran secreto

Los nervios son buenos. Lo que no es bueno es el estrés paralizante que sentimos ahora, pero una cantidad controlada de nervios es esencial para que hagamos una buena presentación. Incluso los actores más experimentados sienten esa pizca de adrenalina antes de salir a escena. De hecho, esos nervios controlados nos aportan una mayor rapidez mental (esencial para salir rápido del atolladero si algo sale mal), nos hacen estar más pendientes del público (para percibir sus emociones y poder cambiar de tercio si vemos que se están aburriendo), nos aportan una mayor concentración (esencial para no perder el hilo), etc.

La cuestión es esta: estar un poco nerviosos es bueno, pero el truco más importante de todo esto es que no se nos note. Por eso, vamos a ver los 6 fallos más comunes y cómo hacer para evitarlos.

  1. Leer sin parar

Nadie quiere escuchar a un conferenciante leyendo un texto. Eso es infumable. Cuanto mejor prepares tu presentación oral, menos nervioso estarás y, por lo tanto, tendrás menos riesgo de equivocarte y de quedarte en blanco. Usa unas fichas con esquemas para guiarte y punto.

  1. El baile de San Vito

Me apoyo en una pierna, me apoyo en la otra, en una, en la otra, en una, en la otra… ¿Queremos que nos escuchen o que se entretengan con nuestro hipnótico movimiento pendular? Si eres de los que no pueden parar quietos, camina. No pasa nada por andar y ocupar tu espacio. Es más, puede beneficiarte que te muevas por todo tu “escenario”, que señales en la pantalla, que interacciones con el público… En una buena presentación oral el conferenciante no parece un cirio.

  1. No usar apoyo visual

Hablando de señalar la pantalla…, ni se te ocurra hacer una presentación oral sin apoyo visual. Salvo que quieras que la gente se duerma o se ponga a consultar el móvil a los tres minutos. Tampoco llenes la pantalla de textos que no vayan a ver desde la fila de atrás. Mejor usa imágenes o frases cortas; ya estás tú para explicar lo necesario.

  1. Divagar

No te líes. Sé conciso y claro. Si alguien no entiende algo, que levante la mano o que espere al turno de preguntas. Si estás nervioso y te pones a divagar, la presentación se te irá de las manos y te excederás del tiempo que tienes asignado. Sigue tus fichas y sé metódico. Como decíamos, una buena preparación es la clave.

  1. No mirar al público

Si miras todo el rato a tus apuntes o a la pantalla, el público se desconectará. Mantén su atención mirándolos a los ojos y alternado distintos espacios del aula. Si te pone nervioso mirar a la gente, sitúa a unos cuantos amigos en posiciones estratégicas repartidos por el aula y cuéntaselo a ellos.

  1. Usar palabras enrevesadas

No uses expresiones que normalmente no utilizas. No se trata de hablar como si estuvieras en un bar con tus colegas, pero tampoco hace falta que parezcas un filólogo de la RAE obsesionado con el latín. Debes sentirte cómodo y hablar con naturalidad para llegar a tu público.

Aunque odiemos hablar en público, forma parte de nuestra preparación y será útil en nuestro futuro laboral. Para conseguir nuestro eTítulo vamos a tener que afrontar esta y otras situaciones de estrés, así que mejor tomárselo con resignación y ponerse manos a la obra. Ya verás como enseguida le coges el tranquillo.

 

 

 

Escrito por  root

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