Los 10 pasos para elegir especialización o carrera universitaria
2 Jun 2023

Los 10 pasos para elegir especialización o carrera universitaria

Elegir especialización o carrera universitaria no es sencillo. Os ayudamos a tomar la mejor decisión en 10 sencillos pasos.

 Especialización

Decisiones que quitan el sueño

Uno de los momentos cruciales a lo largo de nuestros estudios es cuando llega la hora de elegir carrera o especialización. Hay que plantearse todo nuestro futuro, saber claramente qué vamos a estudiar, si vamos a tener un eTítulo universitario y hacia qué especialización debemos orientarnos para cumplir con nuestras metas de futuro.

Otro momento crítico es cuando ya llevamos tiempo estudiando y nos toca ir escogiendo las asignaturas adecuadas o apuntarnos a un máster para conseguir nuestra especialización profesional.

En cualquier caso, nos encontramos en la tesitura de tener que tomar decisiones trascendentales que repercutirán en el presente y el futuro, por lo que es normal que, si no tenemos una vocación clarísima de toda la vida nos sintamos, como poco, superados.

Para tomar este tipo de decisiones académicas, lo ideal es seguir un método sencillo que despejará todas nuestras dudas. Vamos a verlo.

1. Autoexploración:

Tomar una decisión como qué estudiar o cuál será nuestra especialización, requiere que primero nos paremos a charlar un rato con nosotros mismos. Papel y bolígrafo también deben asistir a la charla para que podamos ir anotando las ideas que nos surjan.

En este viaje de autodescubrimiento, es fundamental que nos conozcamos y reflexionemos sobre nuestros intereses, pasiones, habilidades y valores. Examinemos lo que nos motiva y lo que nos hace disfrutar.

También es importante tener en cuenta el polo opuesto: lo que odiamos, los contras, lo que no queremos hacer.

Al considerar también nuestras fortalezas y debilidades, podremos identificar las áreas en las que podemos sobresalir.

2. Investigación exhaustiva:

Tanto si queremos formar parte de la comunidad académica, como si buscamos una especialización que nos abra las puertas del mercado laboral, es nuestro deber investigar diferentes carreras universitarias y campos de estudio.

Hay que examinar detenidamente los planes de estudio, las oportunidades laborales y las perspectivas de crecimiento en cada campo. Para ello, podemos usar (como es lógico) internet, pero también es bueno consultar con asesores académicos y buscar el consejo de profesionales en el área que nos interesa.

3. Experiencia práctica:

Sería de gran ayuda buscar oportunidades para obtener experiencia práctica en los campos que nos interesan. Sobre todo cara a decidirnos por una especialización, podemos realizar pasantías, participar en programas de voluntariado o trabajar a tiempo parcial en áreas relacionadas.

Esto nos proporcionará una visión más clara de lo que implica cada campo y nos ayudará a tomar una decisión informada.

4. Networking:

Para tomar la mejor decisión sobre nuestros estudios o sobre la especialidad que queramos hacer, no hay nada mejor que consultar a las personas expertas en ese campo.

Podemos contactar con profesionales y estudiantes que ya se encuentren cursando la carrera o especialización que nos interese y pedir su opinión. Nos va a resultar muy útil preguntar acerca de sus experiencias, desafíos y satisfacciones en ese campo.

También ayuda mucho participar en eventos universitarios, ferias de empleo, eventos relacionados con el sector y charlas informativas para ampliar nuestra red de contactos y obtener una perspectiva más amplia.

No debe darnos vergüenza preguntar: La mayoría de las personas están encantadas de poder ayudar a otra con tan poco esfuerzo.

5. Consideremos el futuro:

Dediquemos tiempo a investigar las tendencias y las demandas laborales ahora y en el futuro, porque hay profesiones condenadas a desaparecer que, lógicamente, debemos descartar.

Evaluemos las oportunidades de empleo y las perspectivas de crecimiento en los campos que nos interesan. Tomemos en cuenta factores como la estabilidad laboral, las oportunidades de promoción y el salario medio.

6. Apoyo y orientación

Recordemos que no estamos solos en este proceso. Busquemos apoyo y orientación de nuestros profesores, mentores y consejeros académicos. Ellos pueden brindarnos información valiosa y ayudarnos a tomar decisiones fundamentadas.

Sobre todo cuando vamos a decantar nuestros estudios hacia una u otra especialización, contar con la opinión de los que han sido nuestros maestros y tienen una visión clara de nuestras habilidades y defectos es realmente valioso.

7. Toma de decisiones informada:

Una vez que hayamos recopilado toda la información necesaria, toca llegar a una conclusión, aunque es probable que, durante todo el proceso de investigación ya lo tengamos bastante claro.

Debemos elegir una especialización o carrera que esté alineada con nuestros intereses, habilidades y objetivos a largo plazo. Recordemos que no existe una decisión perfecta, pero lo más importante es tomar una decisión informada y estar dispuestos a adaptarnos y crecer en el camino.

8. Planificación y seguimiento:

Una vez tomada la decisión, es recomendable que sigamos una serie de estrategias para no abandonar o no desmotivarnos.

Lo primero es desarrollar un plan de estudios o un plan de acción para alcanzar nuestras metas. Establezcamos objetivos a corto, medio y largo plazo y elaboremos un plan para adquirir las habilidades y conocimientos necesarios. Llevemos un seguimiento de nuestro progreso y estemos dispuestos a ajustar nuestro plan si es necesario.

No debemos olvidar las recompensas. Es habitual que tracemos un plan estratégico y nos conformemos llegar a los objetivos, pero resulta mucho más divertido y motivador si además añadimos premios asociados a los logros.

Dependiendo de la dificultad de la meta, las recompensas pueden ir desde una cena con amigos a un viaje, sacarse el carné de conducir, darnos ese capricho que tanto tiempo llevamos deseando…, todo depende, claro, de nuestro nivel adquisitivo, pero seguro que podemos encontrar pequeñas cosas que nos hagan felices para que el reto de seguir nuestro plan de estudios nos motive aún más.

9. Flexibilidad y adaptabilidad:

No hay que ser excesivamente rígidos o pensar que nuestras decisiones no tienen vuelta atrás. Reconozcamos que nuestras elecciones pueden evolucionar a lo largo del tiempo.

La vida universitaria es una oportunidad para explorar diferentes campos y descubrir nuevas pasiones. Estemos abiertos a ajustar nuestra trayectoria si sentimos que hay un cambio necesario o deseado. Cambiar de rumbo no significa haber perdido el tiempo: quizá necesitábamos seguir ese camino para darnos cuenta de que no era el adecuado. Además, cualquier experiencia y conocimiento que hayamos adquirido será siempre útil.

10. Confianza en nosotros mismos:

En última instancia, confiemos en nuestras habilidades y en la decisión que hemos tomado. Sepamos que somos capaces de enfrentar los desafíos que nos esperan en nuestra especialización o carrera elegida. Estemos preparados para trabajar arduamente, perseverar y crecer a medida que avanzamos en nuestro camino.

Tómate el tiempo necesario, investiga, reflexiona y confía en ti mismo. Recuerda que esta elección no define tu destino, sino que marca el comienzo de una emocionante aventura de aprendizaje y crecimiento personal.

¡Nosotros estaremos aquí para ayudarte en cada paso del camino!

 

8 acciones que te ayudarán a desarrollar el pensamiento crítico
28 May 2023

8 acciones que te ayudarán a desarrollar el pensamiento crítico

Hay habilidades más importantes que otras y tener una buena capacidad de pensamiento crítico es de esas que no debemos dejar de trabajarnos con ahínco.

pensamiento crítico

Empecemos por definir el concepto

Los psicólogos Cristina Furedy y John Furedy (1985) estudiaron la relación entre pensamiento crítico y enseñanza y llegaron a la conclusión de que la habilidad de pensar críticamente no es una habilidad única, sino que se compone de un conjunto de destrezas como la capacidad para identificar argumentos y supuestos, reconocer relaciones importantes, realizar inferencias correctas, evaluar la evidencia y la autoridad, y deducir conclusiones.

Robert Ennis, filósofo estadounidense considerado uno de los máximos exponentes del pensamiento crítico, lo define como la forma de pensamiento racional y reflexivo que reconoce el predominio de la razón sobre otras dimensiones. Es decir, aquel que se ocupa o se interesa por saber qué creer o decidir qué hacer y cuya finalidad es reconocer aquello que es justo y verdadero.

Por lo tanto, el pensamiento crítico no es una forma de generar nuevas ideas, sino de tomar las que ya existen y observarlas, evaluarlas, ver sus sesgos y dominarlas. En resumen, cuando usamos el pensamiento crítico es cuando somos capaces de pensar por nosotros mismos.

¿Mola, verdad? Pues lo bueno es que es una habilidad que se puede trabajar y perfeccionar, así que ¡manos a la obra!

La curiosidad y su relación con el pensamiento crítico

Hay que imaginar nuestra curiosidad como un monstruo bueno al que debemos alimentar para que crezca sano y se haga bien grande. Cuanto más alimento (del bueno), mejor y lo que más le gusta al monstruo es que no demos nada por sentado, que cuestionemos, investiguemos, exploremos más allá de lo que nos cuentan, desarrollemos una mente abierta y una sed constante de conocimiento. Si criamos un monstruo grande y sano nos dará la capacidad de tener pensamiento crítico.

Cualquier persona puede alimentar su curiosidad para desarrollar esta habilidad, pero los universitarios que están formándose para poder tener su eTítulo el día de mañana, van a tener muy fácil darle de comer al monstruo. Veamos 8 cosas que podemos poner en práctica:

1. Aprender a hacer preguntas efectivas

Una habilidad fundamental para desarrollar el pensamiento crítico es la capacidad de formular preguntas efectivas.

No debemos conformarnos con respuestas superficiales. Hay que profundizar y desglosar los problemas en componentes más pequeños para obtener una comprensión más completa.

Hacer preguntas desafiantes y reflexivas nos permitirá analizar los problemas desde diferentes perspectivas.

2. Desarrollar el pensamiento lateral

No nos limitemos a un único enfoque o perspectiva. El pensamiento lateral es una técnica que nos ayuda a generar soluciones creativas mediante la exploración de ideas no convencionales.

Eso hará que ampliemos nuestros horizontes y podamos buscar conexiones entre diferentes conceptos y disciplinas. Es lo que se conoce como pensar fuera de la caja ¿A que eso ya nos suena algo más?

3. Desarrollar habilidades de investigación

El pensamiento crítico necesita que podamos tener la capacidad de encontrar información relevante y fiable. Por eso es importante que nuestras fuentes de investigación no sean TikTok e Instagram.

Hay que aprender a investigar adecuadamente usando fuentes fiables, evaluar la validez de la información y utilizar herramientas tecnológicas para optimizar las búsquedas y no perder media vida indagando sobre un solo concepto. Recordemos que la información es poder y comida para el monstruo.

4. Práctica reflexiva: pensamiento crítico hacia uno mismo

Para desarrollar la capacidad de pensamiento crítico es fantástico que dediquemos algo de tiempo diario a la reflexión personal y al análisis de nuestras propias experiencias y decisiones. ¿Qué salió bien? ¿Qué podrían haber hecho de manera diferente? ¿Cuáles fueron las lecciones aprendidas?

La práctica reflexiva nos ayudará a desarrollar habilidades de autoevaluación y a mejorar continuamente nuestra capacidad de pensar racionalmente.

5. Sin miedo al fracaso

El fracaso es una parte inevitable del proceso de aprendizaje. No hay que tener miedo de cometer errores, ya que son oportunidades para crecer y mejorar.

Si dejamos de hacer preguntas o de cuestionar lo que nos dicen por miedo a equivocarnos, nos quedaremos estancados en una etapa inmadura del desarrollo. No podemos aprender de los errores de los demás, son los nuestros los que nos van a enseñar a evaluar la realidad con mejores perspectivas.

6. Debatir: que el pensamiento crítico se haga práctica

Otra cosa que resulta muy limitante a la hora de desarrollar un pensamiento crítico es tener miedo a dar nuestra opinión, a debatir o tener miedo al más mínimo desacuerdo.

Debatir educadamente no solo nos permitirá organizar mejor nuestros argumentos y puntos de vista sino también aprender de los de los demás, lo que es sin duda una oportunidad enriquecedora.

7. Mantener un enfoque multidisciplinar

No limitemos nuestro aprendizaje a una sola área de estudio. La habilidad de pensamiento crítico se beneficia de una visión extensa y multidisciplinar que nos permita tener una aceptable cultura general y una perspectiva amplia de diferentes saberes.

Exponerse a diferentes disciplinas y enfoques nos hará desarrollar una comprensión más completa y una perspectiva más holística.

8. El pensamiento crítico en la vida cotidiana

No hay que reservar el pensamiento crítico únicamente para el ámbito académico. Si queremos perfeccionar nuestras habilidades debemos cuestionar las afirmaciones culturales, analizar las noticias, evaluar nuestras decisiones y las de los demás y buscar soluciones innovadoras en todas las áreas de la vida.

ADVERTENCIA

Cuidado con perder el norte. Cuestionarse todo es una práctica muy positiva que nos ayuda a desarrollar una gran capacidad de pensamiento crítico, pero hay límites. Esos son los que nos marcan la ciencia, la ética y la realidad.

Podemos cuestionar un pensamiento filosófico y discutirlo mil veces siempre que nuestros argumentos tengan una base tangible. Si nuestro argumento para negar una realidad material y científica es algo similar a «porque a mí me ofende» o «porque yo lo siento así», eso no es pensamiento crítico, eso está en el campo de las creencias y tiene un matiz más teológico.

El método científico de investigación permite que se puedan criticar estudios científicos, pero, para ello, hay que seguir una serie de pasos que garanticen que la crítica está basada en fundamentos contrastables, no en absurdos indemostrables como aquellos que afirman que la Tierra es plana o que beber lejía cura el cáncer, la gripe y hasta las hemorroides.

Los sentimientos y la razón no siempre van de la mano y aprender a lidiar con esas discusiones internas es aprender a pensar.

 

 

 

Guía útil para planificar un trabajo o proyecto de investigación
18 May 2023

Guía útil para planificar un trabajo o proyecto de investigación

Os contamos cómo hacer paso a paso un buen proyecto de investigación o trabajo académico desde la selección del tema hasta el momento de la entrega.

proyecto de investigación

Tema del proyecto de investigación: pasión e innovación

Si el resto de cuestiones técnicas del trabajo están bien hechas, elegir un tema que nos apasione marcará la diferencia entre un trabajo del montón y uno de sobresaliente. Entre un trabajo que se se lea por encima olvide al segundo y uno que se recuerde incluso después de que nos hayamos graduado y  tengamos nuestro eTítulo.

Hacer una buena elección del tema del proyecto de investigación va a facilitarnos muchísimo la tarea porque trabajaremos sin aburrirnos, comprometidos con la tarea y con ganas. La pasión, el interés, la curiosidad, el entusiasmo que hemos puesto en investigar darán como resultado un proyecto y conclusiones mucho más ricos si el tema nos apasiona, porque ese sentimiento se nota y se contagiará a sus lectores.

Así que, ¿cómo lo hacemos? Pues, en primer lugar hay que tomarse un momento de introspección para hacernos una serie de preguntas y ver si llegamos a alguna conclusión. Podemos buscar inspiración el libros, en otros trabajos académicos, en descubrimientos científicos actuales, problemas sociales… hay muchísimas posibilidades.

Además, las opciones aumentan porque es mucho mejor centrase en un tema muy específico que elegir uno general. Por ejemplo, es más útil que hablemos sobre la antena izquierda de la hormiga Eciton burchellii que sobre esa hormiga en conjunto.

Tras este rato de introspección, seguramente dudemos entre cuatro o cinco temas de interés académico sobre los que nos gustaría trabajar. Es el momento de consultar con nuestros compañeros más cercanos o con la persona que dirigirá nuestro proyecto de investigación, si es que la hay.

Si igualmente seguimos dudando, habrá que hacer un listado de pros y contras de cada opción y contemplar cuestiones prácticas como la facilidad para encontrar material o hacer estudios.

Ahora la mala noticia: que el tema nos encante no basta. Además, hay que buscar algo que sea innovador o que plantee nuevas perspectivas sobre algo ya tratado.

Es importante que los estudios académicos no sean simplemente un compendio de los pensamientos de otros, sino que deben aportar nuevas ideas y visiones que añadan algo más que la demostración de que conocemos el tema sobre el que estamos trabajando.

Investigación exhaustiva

Para empezar el proyecto de investigación es crucial que tangamos una comprensión clara de nuestros objetivos. Preguntémonos qué deseamos lograr y cómo contribuirá a nuestro campo de estudio. Los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un límite de tiempo establecido. Esto nos proporcionará una base sólida para el resto del proceso y evitará que nos vayamos por las ramas.

No está de más tenerlos a la vista por si las moscas.

Una vez los objetivos están definidos, empezaremos por examinar la literatura existente sobre nuestro tema para familiarizarnos con los estudios previos que se hayan realizado en este campo. Esto nos ayudará a comprender el contexto de nuestra investigación y a identificar lagunas en el conocimiento actual que podamos explorar.

Es recomendable utilizar diversas fuentes de información, como libros, artículos académicos, bases de datos, páginas web fiables, entrevistas, encuestas, etc. Hay que asegurarse de evaluar la credibilidad y la calidad de las fuentes y tomar notas detalladas y organizarlas de manera coherente, lo que nos ayudará a evitar la pérdida de información importante y a mantener un enfoque claro.

Crear un plan de trabajo acorde con el proyecto de investigación

Que desarrollemos un buen plan de trabajo es esencial para mantenernos activos y evitar retrasos. Hay que dividir el proyecto de investigación en etapas más pequeñas y establecer fechas límite que sean realistas para cada una de ellas.

Asegurémonos de contar con el tiempo para la recopilación de datos, análisis, redacción y revisiones. También es útil asignar un tiempo para posibles imprevistos o contratiempos (que estos son comunes en cualquier proyecto de investigación) y contar con los descansos que necesitamos y con la saturación mental que vamos a tener si nos exigimos trabajar demasiado.

El esquema preliminar

Antes de comenzar a redactar, va a ser muy útil crear un esquema preliminar de nuestro trabajo o proyecto de investigación. Hay que organizar nuestras ideas principales y los subtemas de manera lógica y secuencial, lo que nos permitirá tener una visión general de cómo se desarrollará nuestra investigación y nos ayudará a mantener la coherencia en nuestros textos.

Análisis crítico y síntesis

A medida que vayamos recopilando la información, hay que asegurarnos de que hacer un análisis crítico, identificar las ideas clave, las relaciones entre los conceptos y detectar posibles lagunas. Por supuesto, debemos utilizar los métodos de investigación apropiados en nuestra rama y crear un registro detallado de fuentes y resultados.

Si desde el principio vamos creando la bibliografía con ayuda de un programa que la gestione nos resultará mucho más sencillo y no olvidaremos citar ninguna fuente.

Escribir y revisar el proyecto de investigación

Con los datos recopilados y analizados, es hora de redactar el proyecto de investigación. Hay que escribir correctamente (tanto en la ortografía como en la sintaxis) de forma coherente y usar un lenguaje claro y preciso.

Es importante pensar en que no todos los lectores tienen por qué saber de qué hablamos y por eso, por hacer que la cultura sea accesible a todos, hay que evitar el uso de jerga innecesaria y asegurarnos de que los conceptos están bien explicados.

Además, es bueno que nos esforcemos en hacer una introducción atractiva para enganchar a los lectores, que usemos recursos visuales como gráficos o imágenes para que el texto respire (y los lectores también) y que tengamos unas conclusiones que, además de resumir los puntos importantes, añada algo novedoso al estudio y deje a los lectores con un buen sabor de boca.

Una vez que hayamos terminado de escribir, es muy importante dedicar tiempo a revisar y corregir el trabajo para asegurarnos de que cumple con los estándares académicos requeridos. No hay que olvidar que 20 ojos ven mejor que 2, así que si podemos pasárselo a otras personas para que nos lo corrijan y den su opinión, muchísimo mejor. Hasta al redactor más obsesivo, se le escapa una errata de vez en cuando.

Retroalimentación

Ahora que ya hemos revisado y corregido nuestro proyecto de investigación, es muy recomendable solicitar un poco de retroalimentación a nuestros profesores y compañeros. Su perspectiva puede darnos ideas valiosas que enriquezcan nuestro trabajo. Que el ego nunca nos impida aceptar una buena idea.

Una vez hemos seguido todos estos pasos y dado por terminada a nuestra «criatura», llega el momento de entregarlo y de salir a celebrarlo, que después de tanto trabajo toca desconectar y coger fuerza para el siguiente.

 

 

 

Cómo sacarle el máximo partido a la biblioteca universitaria
14 May 2023

Cómo sacarle el máximo partido a la biblioteca universitaria

La biblioteca universitaria no es un edificio destinado a acumular libros polvorientos. Os contamos cómo aprovechar sus servicios y sacarle el máximo partido.

Biblioteca

La biblioteca universitaria, ¡esa gran desconocida!

Puede que, a simple vista, la biblioteca universitaria parezca un lugar aburrido cuya única utilidad sean las salas de estudio para hacer trabajos en grupo y el lugar silencioso que brinda para preparar los exámenes, pero nada más lejos de la realidad. Tenemos a nuestro alcance un tesoro oculto repleto de recursos que nos ayudarán a triunfar en nuestros estudios y a descubrir cosas increíbles que nos harán amar nuestra carrera y que inspirarán nuestros mejores trabajos. Sacarse el eTítulo usando los recursos de la biblioteca será más sencillo y más ameno. Merece la pena probar.

Para conocer todo lo que la biblioteca universitaria puede ofrecernos, lo primero que podemos hacer es visitar su página web y familiarizarnos con ella. Pronto veremos que hay mucho más que libros y salas de estudio. De hecho, una vez que usemos las bases de datos para hacer trabajos, ya no podremos hacer ninguno más sin consultarlas, al igual que pasará con las revistas digitales que ponen a nuestro alcance y la gran cantidad de libros electrónicos.

La llave maestra: el carné de la biblioteca

No vamos a poder sacarle todo el partido a la biblioteca si no solicitamos el carné. A pesar de que con solo nuestro DNI ya podemos hacer uso de algunas instalaciones, si queremos sacarle provecho de verdad a la biblioteca debemos solicitar el carné. Con él, podremos sacar libros en préstamo, solicitar libros que no estén para que los traigan, aprovechar todos los recursos online, alquilar las salas de estudio, etc. Vamos, que sin carné no hay alegría, así que ¡a sacárselo todo el mundo!

¿Libro electrónico o en papel?

No hay que descartar ninguna de las opciones. Los libros en papel son más agradables de leer porque intervienen más sentidos (como el tacto o el olfato) y cansan mucho menos la vista si tenemos una buena iluminación.

Los libros electrónicos son perfectos para hacer búsquedas rápidas y copiar y pegar citas sin tener que estar transcribiendo.

Lo ideal es que las novelas o ensayos que queramos leer completos los busquemos en papel y aquellos que son para consulta los leamos en formato electrónico.

En las bibliotecas universitarias tienen de los dos. Incluso el mismo libro en ambos formatos, lo que es estupendo si hemos leído algo en papel y luego queremos extraer cualquier cosa que nos sirva para un trabajo o si hemos consultado una parte del contenido de un libro en digital y hemos descubierto que nos interesa leer el resto.

Los  infravalorados conocimientos del personal de la biblioteca

Muchas veces nos resistimos a pedir ayuda al personal, pero ellos son los guardianes de todo ese conocimiento y, aunque hay algunos tan amistosos como Cancerbero, lo normal es toparnos con personas amables, sabias y dispuestas a colaborar y desentrañarnos todos los mágicos secretos que atesoran.

Tener un aliado dentro del personal de la biblioteca es mejor que sacar una matrícula, sobre todo porque, con su ayuda, sacaremos muchas más.

Momentos de inspiración

Todos los estudiantes nos hemos visto en esa horrible situación de falta de ideas. Tenemos que hacer un trabajo importante o, directamente, El Trabajo Más Importante (mundialmente conocido como TFG) y no tenemos noción de sobre qué hacerlo. Ninguna idea se nos ocurre, y cuando por fin surge algo, no nos motiva en absoluto.

Pues bien, cuando sentimos esa falta de inspiración, es el momento de dar un paseo por la biblioteca. Y no solo limitándonos a las secciones que contienen nuestras áreas de estudio, sino que también conviene darse un paseo por otras secciones que seguro que nos permitirán descubrir material interesante que pueda ampliar nuestros horizontes.

La biblioteca crea comunidad

Porque entre sus usuarios solemos conocer a personas interesantes con las que conectar y porque la biblioteca organiza actividades y eventos que no debemos perdernos, como charlas útiles, presentaciones interesantes o talleres que nos ayuden a mejorar nuestras habilidades.

¡Quién sabe, quizás entre esos pasillos llenos de libros encontremos a nuestro próximo compañero de estudio o incluso a un futuro colega de trabajo!

FOMO de biblioteca

El único FOMO sano que hay: el no querer perderse nada de lo que la biblioteca nos ofrece. Si nos suscribimos a sus boletines informativos y seguimos sus redes sociales, vamos a estar al día de todos sus eventos, las nuevas adquisiciones y los recursos disponibles.

Si nos acostumbramos a hacer uso de lo que la biblioteca nos ofrece, no solo subirán nuestras notas y aumentarán nuestros conocimientos, es que también vamos a disfrutar mucho más de nuestra carrera.

Dadle una oportunidad, la biblioteca os va a sorprender casi tanto como que, estando ahí, no la hubierais aprovechado antes.

 

 

7 estrategias para ahorrar y controlar tus gastos mientras estudias
8 May 2023

7 estrategias para ahorrar y controlar tus gastos mientras estudias

Tengamos poco o mucho, es importante que aprendamos a controlar nuestros gastos y a ahorrar dinero mientras estudiamos. Te contamos 7 trucos para lograrlo.

ahorrar

Simulacro de independencia

El periodo universitario es, para todas aquellas personas que han dejado de vivir en la casa familiar para poder estudiar, el primer momento en la vida en el que tenemos cierta autonomía económica y la oportunidad de aprender a gestionar nuestro propio dinero. Y no hablamos solo del que usamos para nuestro disfrute, sino aquel destinado a pagar los gastos de alquiler, suministros, comida…

Aunque lo más común es que tengamos una ayuda mensual de nuestros padres para que podamos dedicarnos a sacar nuestro eTítulo y, por lo tanto, no seamos independientes en el sentido real de la palabra, sí que estaremos obligados a administrar sabiamente ese dinero si queremos que nos llegue a fin de mes y no acumular deudas.

Veamos 7 consejos para controlar nuestros gastos durante este periodo:

1. Crear un presupuesto

La mejor manera de controlar nuestros gastos es tener un presupuesto realista que nos ayude a ver con claridad y desde el primer día qué cantidad de dinero tenemos para cada gasto.

En primer lugar, debemos hacer una lista de todos nuestros ingresos y gastos mensuales, incluyendo gastos variables como la comida y el entretenimiento.

Esto no solo nos permitirá hacer una lectura realista de cuánto dinero podemos gastar, sino que también nos ayudará a identificar las áreas en las que podremos reducir los gastos y así empezar a ahorrar para tener un pequeño «colchón» que nos permita estar cubiertos en caso de imprevistos o usarlo más adelante para algo que nos guste.

2. Los descuentos y ayudas para estudiantes están para usarlos

Muchas empresas ofrecen descuentos para estudiantes, desde tarifas reducidas en el transporte público hasta descuentos en tiendas y restaurantes.

También hay ayudas estatales, becas, premios…, cualquier ventaja que podamos aprovechar debe ser contemplada porque nos ayudará a reducir nuestros gastos y a ahorrar dinero.

3. Los libros usados sirven igual

Los manuales universitarios pueden ser realmente caros y no todo el mundo quiere guardarlos una vez que termina de estudiar, así que, si queremos tenerlos, una buena idea para ahorrar dinero es comprarlos de segunda mano.

Cuando no queremos para nada tener los manuales para siempre, otra forma de ahorrar es hacer uso de la biblioteca universitaria o pública, donde, si no tienen algún ejemplar, podremos encargarlo. También hay muchas librerías universitarias que tienen programas de alquiler de libros. Cualquiera de estas opciones nos va a permitir reducir nuestros gastos en material y ahorrar dinero.

4. Ahorrar cocinando en casa 

Cocinar en casa es una forma económica y saludable de alimentarse. Es cierto que salir con nuestros compañeros a tomar unas tapas o a comer por ahí está muy bien, pero aumentará mucho nuestro presupuesto mensual en ocio.

La alternativa de preparar nuestras propias comidas y llevarlas en un táper es mejor opción: podremos comer más sano, ahorrar dinero y seguir disfrutando de la compañía de nuestros amigos, ya que podremos comer en un parque o en el campus.

También resultan muy económicos los comedores universitarios, que además proporcionan varias opciones de menús, o hablar con nuestros compañeros para cocinar en grupo y reducir gastos.

5. Usar la bicicleta o caminar

Si vivimos cerca de la universidad y en nuestra ciudad no hay transporte público gratuito para estudiantes, una buena opción para ahorrar dinero es ir andando o en bici. Así, no solo reduciremos nuestros gastos en transporte, sino que también nos mantendremos en forma.

6. Buscar trabajo a tiempo parcial

Si tenemos algo de tiempo libre, una buena idea es buscar trabajo a tiempo parcial y así contar con unos ingresos adicionales.

Muchas universidades tienen programas de trabajo para estudiantes en áreas como la biblioteca o la cafetería y seguro que hay comercios por la zona encantados de contratar a jóvenes responsables.

7. Establecer metas ayuda a ahorrar

Definir nuestros objetivos de ahorro a largo plazo y establecer un plan para alcanzarlos nos ayudará a tener constancia y a no caer en gastos superfluos.

Cuando nos centramos en visualizar metas tan jugosas como ahorrar para un viaje de graduación, para comprar un coche que nos permita movernos con independencia o para estudiar un máster que nos interese, el no comprarnos esa camiseta que nos gusta o no comer siempre fuera se hace más sencillo.

También es recomendable mantener un seguimiento regular de nuestros ahorros y, si fuera necesario, hacer ajustes en nuestro presupuesto.