Cuida tus ojos: que tus estudios no destrocen tu vista

14 Mar 2019
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Cuida tus ojos: que tus estudios no destrocen tu vista

Si eres estudiante, seguramente te estés machacando la vista a diario, pero adquiriendo unas pequeñas rutinas saludables, podrás seguir haciéndolo muchos años más.

vista

El día a día

Suena el despertador. Remoloneas un rato en la cama mientras miras la última foto que subió tu compañero de piso a Instagram. Te levantas  corriendo (que ya se te ha hecho tarde otra vez) y sales de casa lo más rápido que puedes aún atragantándote con el café. Clase. Abres el portátil. Tomas apuntes y aprovechas los rollos del profesor (¿por qué nos cuenta esto ahora?) para abrir el Facebook en otra pestaña y ponerte al día de las novedades. Cuatro o cinco horas después, vuelves a casa. ¿Qué toca, estudiar, leer o ver alguna serie? Luego puede que salgas un rato (pero no sin el móvil) y después, una hora de conversación vía WhatsApp con tu pareja o amigos que no falte. Antes de dormir, quizá te pongas una peli y, ya en la cama, lo último que verás antes de cerrar los ojos seguramente sea la pantalla de tu teléfono.

¿Cuántas horas al día has estado mirando una pantalla, leyendo o escribiendo? Pues seguramente demasiadas, pero así es la vida.

Las malvadas pantallas

La comunidad científica está dividida: unos hablan de una terrible luz azul que nos dejará ciegos a todos en pocos años y otros dicen que las pantallas retroiluminadas no ocasionan ningún perjuicio a la vista por sí mismas, que el problema es cómo las usamos.  Para ser justos, hay que decir que los primeros suelen querer vendernos gafas protectoras a un nada módico precio y los segundos solo se dedican a la investigación y aseguran que las citadas gafas no sirven para nada. ¿A quién creemos? Pues eso que lo decida cada uno. Además, ya sabéis que lo bonito de la ciencia es que salen nuevos estudios todos los días contradiciendo lo que se había publicado en los anteriores, así que, si ya tienes unas carísimas gafas protectoras contra la luz azul, no te fustigues. Lo que sí estaría bien es que, por si acaso tienen razón los que dicen que el problema no son las pantallas sino cómo las usamos, tomes una serie de precauciones para cuidarte la vista además de ponerte las gafas.

Qué hacer

Lo primero que hay que entender es que los ojos trabajan mucho y hay que darles un descanso de vez en cuando.  No se trata de que dejes de hacer lo que quieras o tengas que hacer (no mirar el móvil, no ver una serie, no estudiar…), sino de que lo hagas parándote de vez en cuando a descansar la vista incorporando una serie de sencillas rutinas diarias:

  1. Más o menos, cada media hora de desgastarse los ojos frente a una pantalla o unos apuntes, debes parar y cerrar los ojos unos 30 segundos. Tápatelos con las palmas de las manos suavemente para estar en completa oscuridad.
  2. Mira lejos. Al estar todo el tiempo concentrando la vista en objetos cercanos, la musculatura se cansa. Es como tener un brazo todo el tiempo en la misma posición, llega un momento en que, aunque no estemos soportando peso, nos agotamos. Lo mismo pasa con los ojos; hay que «estirar» de vez en cuando. Cada cierto tiempo, asegúrate de mirar lo más lejos posible. Y no nos referimos a la pared de enfrente, sino a la ventana.
  3. Igual que con la cercanía, pasa con el movimiento. Al leer o mirar una pantalla, el movimiento ocular transcurre en un rango pequeño. Ya que paras para cerrar los ojos y mirar lejos, aprovecha para moverlos haciendo todo su recorrido. Pon la espalda recta, mira al frente y, manteniendo la cabeza recta, mueve los ojos a la izquierda y a la derecha, arriba, abajo y al centro (sí, ponte bizco). Mantén los ojos en cada posición durante unos cinco segundos.
  4. Para ayudar al enfoque, selecciona un par de objetos de la habitación donde estés (uno más cercano y otro más alejado) y míralos alternativamente para que tu vista se acomode rápidamente al cambio de distancia.
  5. Masajea las órbitas suavemente con las yemas de los dedos por debajo de las cejas y continúa siguiendo el contorno del hueso orbital. Pellizca suavemente también el puente de la nariz. Esto, además de ser placentero y relajante, favorece el riego sanguíneo.
  6. Evita la sequedad ocular parpadeando a menudo. Muchas veces, se nos cansan los ojos porque estamos concentrados en una lectura y esa concentración disminuye la cadencia del parpadeo. Si el ojo está más seco de lo normal, se cansa. Así que durante tu tanda de ejercicios oculares, parpadea suavemente unas 30 veces seguidas. Recuerda que el uso de colirios para evitar la sequedad no es aconsejable, salvo que tengamos alguna patología previa ocular que lo requiera. Si suministramos humedad a nuestros ojos de forma artificial, los volveremos vagos.
  7. Mueve los ojos en círculos lentamente y parpadea cada vez que termines una vuelta. Luego gira en sentido contrario y repite cuatro veces hacia cada lado.

Beneficios

Evidentemente, perder 15 minutos al día (suponiendo que hagamos estos ejercicios unas tres veces) a cambio de mantener una buena visión durante muchos años es un gran beneficio, pero sin ponernos en cosas tan lejanas como nuestra salud visual a los 70 años, lo que sí observaremos son varios beneficios inmediatos muy importantes para cualquier estudiante que quiera rendir adecuadamente durante sus horas de estudio.

Tener la vista cansada produce dolor de cabeza, agotamiento y falta de concentración. Justo las cosas que todo estudiante quiere evitar (sobre todo durante las jornadas maratonianas que nos pegamos en época de exámenes). Si paramos para hacer estos sencillos ejercicios, podremos estudiar durante más tiempo con menos fatiga, rendiremos más y no terminaremos nuestra carrera con nuestro eTítulo y unas gafas de culo de vaso.

Escrito por  root

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