Esa maldita asignatura…

17 Nov 2019
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Esa maldita asignatura…

¿Te has topado ya con la asignatura maldita? Durante la carrera siempre hay una asignatura (como poco) que se atraganta. Vamos a ver qué hacer con ella.

Mal de muchos

A cualquiera se le atraganta una asignatura. Incluso a los más empollones. Es la asignatura maldita, esa que hace que quieras mandarlo todo al carajo y dedicarte profesionalmente al macramé. Esa que hace que te replantees tu vocación, que pienses en cambiar de carrera e incluso que barajes la posibilidad de iniciar una huelga de hambre.

No desesperes, aprobar la asignatura maldita es posible.

Busca aliados

Por suerte, la asignatura maldita no es la misma para todos. Siempre habrá compañeros que sean capaces de entender a la perfección lo que para ti es un auténtico jeroglífico, así que pide ayuda porque la vida es más fácil con aliados.

Si resulta que todos tus amigos tienen problemas con la misma asignatura (que ya es mala suerte) y además estáis en guerra con el resto de la clase, entonces tenéis dos opciones: la primera es hacer una tregua con el bando contrario y pedir auxilio a cambio de víveres, apuntes o ayuda en alguna otra materia y la segunda es crear un grupo de estudio con personas que, al igual que tú, no entienden ni papa de esa asignatura.

No es tan descabellado como puede parecer, porque varios cerebros en funcionamiento sacarán mejores conclusiones que uno solo. Además, resulta menos frustrante compartir la angustia existencial que provoca la asignatura maldita con compañeros en la misma situación que comértelo tú solo bajo la triste luz del flexo del cuarto donde estudias. Seguro que, entre todos, vais desgranando la materia hasta dar con la clave (o el aprobado).

Ayuda externa

Si ninguna de estas opciones funciona, entonces puede que necesites la ayuda de un superhéroe anónimo en forma de profesor particular. Mira en los tablones de anuncios de tu universidad, pregunta a algún compañero, consulta las academias de la zona o haz una búsqueda en internet. Si das con uno bueno, te quitarás mucho sufrimiento de encima.

Cambia de estrategia mental

Lo más terrorífico de la asignatura maldita no es el temario infumable, las fórmulas indescifrables o las explicaciones en arameo del profesor. Lo peor de todo es lo mal que nos hace sentir. Y no solo por la inseguridad de si aprobaremos o no o de  por qué no somos capaces si otros lo son, sino por el bloqueo mental y el nudo en el estómago que se nos hace cada vez que nos sentamos delante de la materia y vemos que no entendemos nada de nada. Esa sensación se llama frustración y es horrible, pero hay que sobreponerse por muchas ganas que nos den de mandarlo todo a paseo.

Respira, relájate y piensa de qué maneras puedes rebajar esa frustración. Si cada vez que te sientas a estudiar esa asignatura te cabreas, si incluso antes de empezar ya das por sentado que no te vas a enterar de nada y que estás perdiendo el tiempo, si relees el temario con la mente en otra parte, no estás teniendo una buena estrategia. Intenta pensar de una forma más positiva, tómatelo como un reto, como cuando se resuelve un enigma: hazte detective e investiga sobre esa asignatura que odias hasta que no la odies tanto. Tu actitud ante un problema es más del 50 % del problema, así que cámbiala y facilítate las cosas.

Técnicas de estudio

Si leer y repetir no te está funcionando, ¿por qué sigues haciéndolo? Prueba nuevas técnicas de estudio hasta dar con la clave y así, además, se te hará más ameno. Piensa que, después de una buena lectura (al menos para que te suene algo), puedes empezar a dibujar, a hacer mapas mentales, puedes hacerte fichas, elaborar tus propios test, aplicar reglas mnemotécnicas… Lo mejor es ir probando con todo hasta dar con la clave.

Benditas bibliotecas

Puede que tus apuntes o los textos y libros facilitados por el docente no sean la mejor manera de entender de qué te están hablando. Es raro, pero a veces pasa. Por suerte, hay bibliotecas públicas e internet, así que pon a trabajar un poco tu curiosidad y busca fuentes alternativas de estudio. Probablemente, una vez que comprendas las ideas generales ya puedas enfrentarte a tu temario original sin problemas.

Tutorías

La honestidad mola. Pide una tutoría con tu profesor y explícale con humildad (sin decirle «tus clases son horribles, el temario es infumable y te explicas fatal») que esa asignatura se te ha atragantado y que estás pasándolo mal para entenderla. Dile que te recomiende otras lecturas o que te explique de nuevo algo concreto (debes llevar tus preguntas preparadas para que el profe vea que has puesto interés y que no esperas que te lo den todo hecho). Pide ayuda y te ayudarán. Además, si el profesor sabe que te cuesta su materia, verás como se esmera más en que le entiendas en clase o es más benévolo corrigiendo.

No desesperes, suspender no es el fin del mundo

Suspender una vez no es grave; suspender dos, tampoco, y ni siquiera es grave suspender cuatro veces (salvo porque la matrícula se va encareciendo). Grave es que te atropelle un autobús, perder a un ser querido, enfermar… Hay que aprender a valorar las cosas en su justa medida y a relativizar, porque si no, el estrés y la carga emocional que sufrirás durante la carrera será insoportable. Eso no significa que te dé igual todo, sino que veas cada «fracaso» como una nueva oportunidad para empezar de cero y hacerlo mejor. Nadie dijo que conseguir un eTítulo universitario fuera a ser pan comido: hay que esforzarse y hay que trabajar de forma constante, pero si los demás pueden, tú también; así que ánimo y a por ello.

Escrito por  root

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