7 trucos para tomar los mejores apuntes en clase

29 Sep 2019
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7 trucos para tomar los mejores apuntes en clase

Aunque parezca mentira, la mayoría de los estudiantes no toman bien los apuntes. Podemos hacerlo mejor y con menos esfuerzo. ¿Quieres saber cómo? Lee esto.

apuntes

Quizá parezca que todos sabemos tomar apuntes porque llevamos haciéndolo toda la vida, pero lo cierto es que no es así. Generalmente, escribimos mucho más de lo que necesitamos y, al mismo tiempo, no prestamos atención a lo importante. Hay clases tras las que se nos queda el brazo entumecido después de prácticamente transcribir todo lo que dicen los profesores y otras en las que, en vez de escribir, estamos mirando el móvil. También suele haber una involución: si comparamos los apuntes que tomamos a principio de curso con los que tomamos al final, veremos que la cosa va en caída libre.

Saber tomar unos buenos apuntes es un arte y como tal se puede aprender. A lo largo de la carrera, hasta que obtengamos nuestro eTítulo, tendremos un montón de tiempo para aprender y perfeccionarnos. Solo hay que seguir una serie de pautas básicas y adaptarlas a nuestras necesidades:

1. Olvídate del portátil

Sí, con el ordenador se escribe de maravilla: nuestros apuntes siempre quedan limpitos, escribimos más rápido y da tiempo a transcribir más texto, nos corrige las faltas de ortografía (cosa que también hace que luego tengamos más problemas para identificarlas cuando no nos sale una línea roja debajo), los tenemos ordenados en carpetas y no ocupan espacio físico, ni se manchan con el café, ni se pierden, ni se traspapelan…

Es cierto, tomar apuntes con el ordenador tiene muchas ventajas y pocas desventajas, pero las pocas que tiene son tremendamente importantes: en primer lugar, al permitirnos tener abiertas varias páginas a la vez, es un foco tremendo de distracción. Es común que, además del Word, tengamos abierto el Facebook, nos mandemos mensajes por el Messenger o incluso estemos viendo una serie subtitulada mientras estamos en clase. Y en segundo lugar, y más importante que todo lo anterior, si no escribimos a mano, estaremos perjudicando nuestro aprendizaje.

Se ha demostrado a través de varios estudios empíricos (aquí mencionan uno, pero hay bastantes más) que la capacidad de aprendizaje tiene relación con la escritura manual. Esta deja una huella en nuestro cerebro y nos ayuda a recordar la información, pero no es solo es bueno por el hecho de recordarla, sino que escribir a mano nos obliga a sintetizar la información, buscar lo más relevante y, por tanto, comprender el discurso. A la hora de tomar apuntes no se trata de cantidad, sino de calidad.

2. No copies los PowerPoint

Los profesores suelen subir sus presentaciones a la plataforma docente, así que no tiene sentido que copiemos lo que pone (salvo que el profesor en cuestión diga que no lo va a compartir). A pesar de que pueda parecer obvio, lo cierto es que muchas veces terminamos copiando casi de forma literal lo que dice en la presentación y eso no tiene ningún sentido. El PowerPoint de un profesor está pensado para que podamos seguir su explicación, pero también, y sobre todo, es su guía para no perder el hilo de la clase y ceñirse al temario. Por lo tanto, mucho de lo que pone ahí no se entenderá en absoluto sin la explicación pertinente: una vez que lo leamos desde casa sin las explicaciones del profesor, veremos que hay muchas partes que nos resultan incomprensibles.

Por eso, unos buenos apuntes se basarán en las explicaciones que el profesor dé sobre su presentación, no en la presentación en sí. Lo que debemos hacer es apuntar lo que el docente considere importante de cada punto y simplemente referenciar el apartado del PowerPoint al que se refiere.

3. Encuentra las ideas principales

En una explicación hay ideas principales, secundarias y relleno. Cuando asistimos regularmente a clase y atendemos a las explicaciones (lo que es la única forma posible de tener unos buenos apuntes), el relleno no nos hace ninguna falta anotarlo. Lo que sí debemos entender muy bien es la idea principal y las secundarias.

Para que nos entendamos: datos, hechos y consecuencias. Por ejemplo, que la guerra civil española comienza en 1936 y termina en 1939 es un dato y, por lo tanto, debemos anotarlo como punto de referencia. Las consecuencias de lo que pasó en España desde que termina la guerra hasta que termina la dictadura franquista en el año 1975 engloban tanto ideas principales como secundarias o relleno (es decir, hechos y consecuencias). Ahí debemos ver qué quiere decirnos el docente que esté explicando el temario: ¿se centra en la represión contra los que no estaban a favor del régimen?, ¿se centra en los cambios legislativos?, ¿se centra en  los movimientos sociales?, ¿está haciendo comparaciones con otros regímenes fascistas europeos como el nacionalsocialismo alemán o el fascismo italiano de Benito Mussolini?, ¿está simplemente narrando una sucesión de hitos para que tengamos un concepto global de toda la historia?

Una vez que tengamos claro qué es lo que nos quieren trasmitir, solo debemos anotar las ideas principales y algunas de las ideas secundarias que sean esenciales para comprender las principales o el contexto. Nada más. Si estamos prestando atención, seremos capaces de recuperar el resto de la explicación (incluido el relleno) de nuestra memoria a través de esas pocas frases que hemos anotado como importantes.

4. Busca las explicaciones relevantes

Hay profesores que nos dicen directamente qué entrará en los exámenes y qué no, otros lo dejan en suspenso, pero a todos se les ve mucho el plumero. Nuestra misión al tomar unos buenos apuntes es, por citar el refranero, «separar el grano de la paja». Ver qué es importante y qué no lo es. En qué se centra el profesor, qué resalta más, sobre qué vuelve… Eso es lo que tenemos que asegurarnos de captar a la perfección. El resto, las anécdotas, las cosas por las que pasa de puntillas, los puntos que aparecen en la presentación, pero se salta, no son importantes y no necesitamos copiarlos salvo que sirvan de explicación o estén enlazados con alguna de las ideas principales que hemos visto antes. Aunque parezcan lo mismo, separar ideas principales de explicaciones relevantes es muy distinto: lo primero nos permite tomar unos buenos apuntes que sinteticen el contenido esencial del temario: nos sirve para aprender. Lo segundo nos permite identificar qué contenidos entrarán en el examen: nos sirve para aprobar. Y ya hemos contado que son cosas distintas.

5. Hazte un código de abreviaturas, símbolos o colores

Las abreviaturas y siglas son, probablemente, uno de los mejores inventos de la humanidad que toma apuntes. No es lo mismo escribir «tratamiento» que «tto.» como no es lo mismo escribir «Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado» que «FCSE». El tiempo que ahorramos al usar abreviaturas es tremendo y, por eso, debemos hacernos nuestro propio código.

Cuando empezamos una carrera las abreviaturas son las básicas: «q» en vez de «que», siglas, rayas o cruces al final de todas las palabras que acaban en «mente», etc. Pero cuando vayamos conociendo el vocabulario propio de nuestra rama del conocimiento, veremos que hay un montón de palabras que se repiten sin cesar y que podemos acortar. Lo recomendable es perder un rato en casa para encontrar esas palabras y hacer nuestro propio código. Una vez que lo tengamos hecho, no se nos olvidará y le ahorraremos muchísimo cansancio a nuestro brazo y mucho tiempo para no dejar de escribir nada que sea relevante.

Con los colores, en cambio, hay que tener cuidado: estar cambiando de boli mientras tomamos apuntes puede hacer que perdamos un tiempo precioso. Aun así, es bueno que determinemos que ciertos colores o símbolos significan que hay una parte del texto más importante que las demás por si diera tiempo a estar usando colores. Si no somos de los que escriben a la velocidad de la luz, siempre podemos hacer una raya de otro color bajo el texto, poner un asterisco en rojo, una flecha amarilla… esto será especialmente útil para las personas que tienen la memoria visual muy desarrollada; pero si no es nuestro caso, siempre podemos hacer marcas diferenciadoras en el mismo color.

6. Organízalos

Esa ventaja que tiene el ordenador frente a los folios o cuadernos es precisamente la del orden. Por eso es muy importante que nos pongamos una serie de pautas para no perder nada de nuestro trabajo. Si somos de esos afortunados disciplinados y metódicos, seguro que ya tendremos carpetas y archivadores expresamente seleccionados para cada asignatura y que llevaremos todo al día sin problema; pero si somos más humanos y menos perfeccionistas, puede que no lo llevemos tan bien. Es posible que incluso hayamos diseñado todo un sistema de organización y comprado archivadores (porque ser un desastre no implica no tener buenas intenciones y un alto grado de autoengaño) y que luego los folios arrugados se nos acumulen en cajones o estén desperdigados por nuestro escritorio.

No hay que desesperar ni rendirse, hay que conocerse y encontrar el propio método. El truco consiste en crear rutinas, pero rutinas realistas en función de nuestra capacidad de disciplina y compromiso. Si somos capaces de pasar una hora al día pasando los apuntes que hemos tomado en clase al ordenador y cumplirlo a rajatabla para que no se nos acumule el trabajo y acabemos dejándolo porque nos supera, estupendo; si hacemos esto durante todo el curso, sacaremos unas notas impresionantes, porque solo por esas transcripciones habremos hecho más de la mitad del estudio que necesitaremos para preparar los exámenes. Si no somos así, no hay problema: lo ideal es que nos hagamos con unas cajas de cartón y que al llegar a casa echemos un vistazo rápido a lo que hemos escrito por si queremos añadir o subrayar alguna cosa y que luego lo metamos en la caja correspondiente. Solo eso. Cuando lleguen los exámenes, habrá que estudiar un poco más, pero al menos tendremos todos nuestros apuntes en su sitio bien localizados.

7. Comparte tus apuntes

No solo por solidaridad con tus compañeros o por esperar la reciprocidad si alguna vez tienes que faltar a clase, sino porque, además, es bueno tener un compañero que tenga tu nivel de compromiso con los estudios para intercambiar apuntes. Así, ambos podréis comprobar si habéis anotado lo esencial y además ver qué diferencias hay: es posible que se nos haya pasado algo importante o que hayamos tenido en cuenta algo que no lo es. Dos cerebros pensarán mejor que uno.

 

Escrito por  root

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