‘Sexting’ y sus consecuencias: ¿qué debemos hacer?

17 Dic 2020
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‘Sexting’ y sus consecuencias: ¿qué debemos hacer?

El ‘sexting’ está de moda, pero una práctica inocente puede convertirse en una lacra social para unos y en penas de prisión para otros. Mucho cuidado.

sexting

Advertencia

En este post no vamos a daros una charla moral sobre el sexo y sus peligros. No vamos a decir que grabar el acto sexual o mandar fotos comprometidas es una perversión. No vamos a juzgar lo que le excita a cada uno ni a cuestionarlo de ninguna forma siempre que se trate de actos consentidos. Y, sobre todo, lo que no vamos a hacer es decirles a las víctimas de sexting que deberían haberse anticipado al delito para evitarlo.

Ya hay muchos artículos por ahí asegurando que si consentimos hacer una grabación de tipo sexual o enviamos fotos, nos exponemos a sufrir sexting. Plantean el problema como una responsabilidad compartida entre víctimas y agresores. Nosotros no estamos de acuerdo con esa visión. Como en todos los delitos, nos parece más útil dirigirnos al posible agresor que a la víctima.

Siempre se habla de la importancia de la confianza en la pareja como base de una buena relación. Bien, pues si alguien nos manda ese tipo de contenido es porque confía en nosotros. El problema no está en la persona que deposita en nosotros esa confianza, sino en que seamos capaces de traicionarla de esa manera tan horrible.

¿Qué es el sexting?

La palabra es un acrónimo de sex (sexo) y texting (mensaje, texto) y se refiere al acto de mandar y recibir mensajes con contenido erótico o pornográfico de producción personal e íntima. Este contenido puede ser en vídeo, foto o simplemente texto.

Es decir, compartir con nuestra pareja por WhatsApp u otra red un vídeo pornográfico sacado de internet no es sexting. Lo es si los que salen en las imágenes o vídeos somos nosotros mismos.

¿Es el sexting un delito?

No. Ni mucho menos. De hecho es una práctica cada vez más común (y que, lógicamente, ha subido mucho con la pandemia al haber parejas que han estado separadas largo tiempo). No hay nada censurable en hacer este tipo de material ni en mandarlo o recibirlo en un contexto de intimidad, siempre que medie el consentimiento de las partes implicadas.

Pero sí puede convertirse en delito y la pena aparejada no es poca cosa.

¿Cuándo sí es delito?

Es delito cuando esas imágenes o textos íntimos se comparten con terceros sin consentimiento o cuando se usan como chantaje o como lo que se conoce como «pornovenganza».

En el artículo 197.7 del Código Penal español encontramos la descripción de lo que se pena en las prácticas de sexting:

Será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a doce meses el que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales de aquella que hubiera obtenido con su anuencia en un domicilio o en cualquier otro lugar fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando la divulgación menoscabe gravemente la intimidad personal de esa persona.

La pena se impondrá en su mitad superior cuando los hechos hubieran sido cometidos por el cónyuge o por persona que esté o haya estado unida a él por análoga relación de afectividad, aun sin convivencia, la víctima fuera menor de edad o una persona con discapacidad necesitada de especial protección, o los hechos se hubieran cometido con una finalidad lucrativa.

En resumen: se condena tanto al que lo comparte de primera mano como a los que lo hacen después. Se condena principalmente a la persona que comparte las fotos de su pareja (esos son los que tienen la pena en su mitad superior) y puede llegar a considerarse un delito de violencia de género y, además, se condena también a los que reciben y luego comparten esas imágenes sin haber estado implicados en la creación del contenido ni ser los receptores originales del mensaje.

No somos iguales a los ojos de la sociedad

Como ya adelantábamos al principio, las redes se llenan de mensajes que les dicen a las mujeres que no hagan sexting para evitar ser víctimas de un delito, pero rara vez se les dice a los hombres (que son los que estadísticamente más comparten estos contenidos con sus amigos en el contexto de las fratrías) que no lo hagan. Y sí, hay relaciones homosexuales y hay mujeres que también cometen estos delitos, pero esta es una de las prácticas en las que el género entra en el partido.

El problema es la distinta apreciación social que sufren ambos sexos en este sentido. Mientras los hombres heterosexuales no sufren ningún escarnio público si sale a la luz algo así (más bien unas palmaditas en la espalda por machotes), las mujeres o los hombres homosexuales que no hayan hecho pública su tendencia sexual van a sufrir una condena social de primer orden.

Aunque algunos lo crean, el sexo y la pornografía no son lo mismo. Si nuestra pareja quisiese dedicarse al porno, lo haría por sí misma y no porque nosotros colguemos contenidos que no se concibieron para tal fin.

¿Cómo evitamos los delitos de sexting?

Es muy fácil: no siendo unos auténticos…, depredadores sin empatía. Una pareja no es un trofeo de caza que mostrar a los demás para alardear. No es «algo», es alguien, y debemos entender el daño que haríamos al compartir ese contenido.

Las herramientas que use una pareja para excitarse mutuamente son algo íntimo y nunca deben caer en manos de terceros. Por respeto a la intimad, el honor, la confianza que se ha depositado en nosotros al enviarnos algo así y por el mínimo afecto que le tengamos a esa persona, compartir dicho contenido es deplorable además de un delito que puede arruinarnos la vida.

Para evitar que se cometan delitos relacionados con el sexting hay una innovadora técnica que tiene un 100 % de efectividad: no compartir nunca ese tipo de contenidos.

Y además, si nos llega algo así a un grupo de WhatsApp o nos lo envía directamente un amigo, hay que frenarlo inmediatamente, bien advirtiendo a la víctima para que denuncie, o bien denunciando directamente nosotros. Hay una línea roja muy clara que no debemos cruzar en este tema y es consentir (por no discutir, por no tener problemas, por no fastidiar a un amigo) que pasen este tipo de cosas que han llevado al suicido a más de una persona. ¿Queremos algo así sobre nuestras conciencias?

Si no somos capaces de entender este tipo de argumentos o nos da lo mismo todo porque tenemos alguna deficiencia cognitiva o educativa, vamos a ver así: si estamos estudiando la carrera para sacar nuestro eTítulo y nos condenan por un delito de sexting, habrá que despedirse de becas, trabajo en el extranjero y de opositar para cargos públicos. Tendremos una larga ficha policial de por vida que no va a facilitarnos las cosas y también antecedentes penales (eso sin contar las condenas de las que ya hemos hablado).

Escrito por  root

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