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¿Primer año de universidad en septiembre? Te ayudamos a prepararte

¿Primer año de universidad en septiembre? Te ayudamos a prepararte

¿Empiezas en septiembre tu primer curso en la universidad? Enhorabuena, lo vas a pasar genial. Y para esas cosas que dan miedo... lee este post y relájate.

El miedo al cambio

Si acabas de aprobar selectividad (EBAU) y empiezas la universidad en septiembre, es posible que ahora estés experimentando un conjunto de sensaciones de lo más antagónicas: en cuestión de segundos puedes pasar de la felicidad total al pánico extremo o de la seguridad absoluta a la incertidumbre. No te preocupes, lo tuyo no es un trastorno bipolar sino el resultado normal de saber que estás a punto de comenzar una etapa de tu vida que, de una forma o de otra, lo va a cambiar todo.

Si vas  a estudiar fuera de tu provincia

Para algunas personas, entrar en la universidad no conlleva excesivos cambios en sus rutinas porque van a estudiar en la misma ciudad en la que viven y seguirán en casa de sus padres y saliendo con sus amigos del barrio, pero para otros, entrar en la universidad supone dejar su casa, a su familia, a sus amigos y a su mascota y emprender un auténtico viaje a lo desconocido.

 Para estos últimos, la zozobra normal del cambio de ciclo se convierte lógicamente en un sinvivir, sobre todo durante esta primera fase en la que tienen que encontrar un piso o una residencia donde alojarse, conocer su nueva ciudad, conocer los medios de transporte que tendrán que utilizar, empadronarse, cambiar la tarjeta sanitaria, conocer los supermercados de la zona, aprender a administrarse el dinero solitos y miles de pequeñas cosas más que, si bien son tremendamente útiles para madurar, vienen tan de golpe que más bien parecen un tortazo épico contra la realidad.

Ante una situación así, no desesperes. Lo realmente importante es la actitud con la que encares el cambio: si ves que el listado de cosas que tienes que hacer te paraliza, trata de verlo como una experiencia nueva y maravillosa (lo que realmente es).

Cuando la lista de quehaceres se convierte en un monstruo de la ansiedad que acecha en cada esquina, solo hay que partirla en trozos más pequeños. Empieza por lo más importante, y ve resolviendo el resto de las cosas con más calma.

Estos serán tus primeros pasos de la edad adulta, así que trata de disfrutar cada momento y de sacar un aprendizaje positivo. Una persona bien educada no es solo la que cede el asiento o deja salir antes de entrar (que también), una persona bien educada es aquella que sabe cómo ser libre e independiente, pero esta parte de la educación no solo depende de nuestros padres, somos nosotros los que también debemos autoeducarnos para madurar y no hay mejor manera de aprender a ser independiente que siéndolo.

La pesadilla de hacer nuevos amigos

Sí, hay gente que tiene la suerte de relacionarse con facilidad, de caer bien a la primera y que, debido a eso, lógicamente, afronta el tema de verse rodeado de personas desconocidas como una oportunidad de oro para hacer nuevos amigos. Vale, si eres de ese tipo de gente, pasa al siguiente punto y deja espacio para los que no son tan “guais” ;).

A veces porque somos tímidos, porque nos sentimos inseguros, porque simplemente somos más introvertidos o porque no nos desenvolvemos tan bien como otros en sociedad (o eso pensamos), la perspectiva de llegar a septiembre y encontrarnos con un aula llena de desconocidos es motivo suficiente para que pasemos el verano estresadísimos revisando qué actitudes debemos cambiar para caer bien a los demás.

Bueno, de vez en cuando no está mal revisarse un poco y ver qué aspectos de nuestra personalidad debemos pulir, pero no hay que agobiarse ni intentar fingir que somos alguien que no somos. Te vamos a dar una buena noticia: en la universidad cabemos todos.

El colegio, los institutos, los barrios de toda la vida son lugares endogámicos donde cada uno representa su papel lo mejor que puede (o le dejan) y se etiqueta a las personas muy rápidamente y ya no te quitas el sambenito hasta que sales de ahí.

Bien, pues tu misión este verano no consiste en amoldarte a lo que se supone que debes ser para encajar en un sitio que aún no conoces, sino que tu misión debe ser pasar de todo eso, relajarte y ser tú mismo porque en la universidad vas a conocer personas de todo tipo y vas a ver que hay más gente parecida a ti de lo que pensabas.

En un aula de unas cien personas no hay espacio para organizaciones jerárquicas entre compañeros, ni para el agobio de hacer el ridículo delante de todos, ni para ninguna de esas cosas que podían hacerte el instituto insoportable. De hecho, no hay ni espacio para el bullying, porque cada vez se persiguen más las novatadas y la gente (afortunadamente) va madurando y comprendiendo qué cosas no se deben hacer.

Un aula de la universidad se organiza por grupos de compañeros que son afines y que trabajan codo con codo para sacar adelante sus materias, así que no desesperes porque, seas como seas ahora, habrá un grupo de gente que estará deseando conocerte y compartir contigo los cuatro (o más) años de aventuras y desventuras que viviréis en la universidad. Dicen, que los amigos que se hacen en esta época de tu vida serán para siempre así que no tengas demasiado miedo porque no merece la pena. Y no te preocupes si eres muy tímido para iniciar conversaciones porque siempre habrá alguien menos tímido que tú que se te acerque nada más llegar.

Las asignaturas serán muy difíciles

Pues unas sí y otras no tanto. No te vamos a mentir, dependiendo de la carrera que hayas escogido y de tu facilidad para estudiar, tendrás más o menos problemas para hacerte con los temarios y superar los exámenes. Esto no es el instituto, está claro, pero tampoco nos obligan a crear una fórmula matemática que despeje todos los misterios del universo.

Entrar en la universidad es entrar en la edad adulta así que ponte las pilas y trabaja. Si haces un poquito cada día y asistes regularmente a clase no tendrás ningún problema para sacarlo todo bien y, además, vas a contar con la inestimable ayuda de tus compañeros para apoyarte en ellos cuando se te atragante alguna materia. Sé solidario, comparte tus apuntes, explica cuando otros no entiendan y verás cómo los demás hacen lo mismo contigo.

No siempre he sacado buenas notas

Si no has sido un estudiante brillante en el instituto no te agobies, la universidad puede cambiarlo todo: ahora vas a estudiar teniendo un objetivo laboral a la vista y una vocación por la que luchar, ahora ya no eres un niño y vas a saber cuándo tienes que echar más horas de estudio y cuál es la importancia de tener un buen expediente, así que, aunque haya materias que no te gusten nada, sabrás relativizar, hacer balance y esforzarte un poco más en lo que más te cueste.  Prueba nuevas técnicas de estudio y nuevas rutinas. Descarta lo que no te funcionó antes y reinvéntate.

Otra cosa que tienes que saber es que a estudiar de una forma más práctica también se aprende y en eTítulo vamos a estar a tu lado para enseñarte a sacar lo mejor de ti y disfrutar al mismo tiempo de este maravilloso periodo que empiezas.

¡Enhorabuena a todos los nuevos estudiantes y bienvenidos a los mejores años de vuestra vida!