Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecer nuestros servicios y recoger datos estadísticos. Continuar navegando implica su aceptación. Más información sobre la Política de Cookies

Aceptar

No te pierdas nuestro Blog


¿Estudias una carrera? Pues empieza ya a crear tu biblioteca profesional

¿Estudias una carrera? Pues empieza ya a crear tu biblioteca profesional

Todo profesional necesita crear su propia biblioteca especializada porque no sólo podemos vivir de novelas maravillosas.

El pensamiento y el trabajo que otros han realizado antes y que están relacionados con nuestra profesión nos van a ser de gran ayuda a la hora de, no solo llegar a tener un amplio conocimiento de nuestro oficio, sino también para saber aplicar soluciones innovadoras y ser un auténtico experto en nuestro sector.

Con lo que nos enseñan en la carrera no vale

Los grados o licenciaturas universitarias nos enseñan mucho, pero apenas arañan la superficie de lo que abarca la rama del conocimiento que hemos escogido, tanto en temas exclusivamente propios como en otras ramas multidisciplinares que estén relacionadas.

Hay que pensar, además, que los contenidos que nos dan no siempre están muy actualizados y que surgen nuevos estudios cada día. Por eso, hay que entender una carrera como una especie de mapa que nos orientará para adquirir nueva formación y nuevos conocimientos y no como el culmen de estos.

Estudiar una carrera es un privilegio que hay que saber aprovechar. Y no nos referimos a nivel de notas y méritos académicos, sino a que nos abre una ventana a un mundo nuevo y debemos tener la suficiente curiosidad como para no quedarnos mirando sin más desde la distancia. Hay que saltar, hay que implicarse, hay que buscar más allá. Solo así seremos brillantes en nuestro campo y mantendremos nuestra motivación a lo largo de todo el proceso de aprendizaje (proceso, de hecho, que dura toda la vida y no solo los cuatro años de carrera).

Un profesional debe actualizarse

Siempre hablamos de la importancia de diferenciarse de la competencia (en el currículo, en los cursos de posgrado, etc.) para conseguir un hueco en el hostil mercado laboral, pero si realmente queremos destacar en un mundo de competitividad extrema, entonces debemos asegurarnos de tener nuestros conocimientos bien actualizados.

Hay que estar informados de los nuevos estudios que salen, de cómo van cambiando las cosas, repasar lo que ya sabíamos por si se nos olvida, etc.

En este trabajo de constante aprendizaje, ir creando una biblioteca profesional con nuestras lecturas y las anotaciones pertinentes nos va a proveer de un banco de conocimientos único.

 No todo está en internet y no se aprende igual mirando una pantalla que adjuntando notas entre las páginas de un libro. Ambos sistemas son compatibles y debemos aprovechar las ventajas de cada uno. Nuestra biblioteca profesional va a marcar el camino que hemos querido llevar, no solo el que nos han impuesto en clase, y se convertirá en nuestro archivo personal de conocimientos.

Por dónde empezar

Cada vez que un profesor universitario recomiende lecturas o autores, podemos apuntarlos y revisar si serán o no de nuestro interés. Ahí vamos a tener nuestra primera lista de libros para empezar la biblioteca. Evidentemente, debemos discernir si lo que nos recomiendan es uno de esos libros imprescindibles que todos deberíamos leer o si el profesor en cuestión ha sacado un libro mediocre y quiere metérnoslo con calzador para aumentar sus ventas.

De todo hay, pero pensemos una cosa: incluso del ensayo más simplón podemos extraer ideas interesantes. De todas formas, salvo que vivamos en un palacio con grandes salas plagadas de estanterías vacías, lo suyo es que nuestra propia biblioteca profesional solo tenga aquellos libros que realmente merezca la pena atesorar. El resto, los podemos sacar de la biblioteca pública y devolverlos cuando los hayamos leído.

Un trabajo para toda la vida

La creación de nuestra propia biblioteca profesional no es algo que se termine cuando obtengamos nuestro eTítulo universitario. Es un trabajo para toda la vida que nos obliga a actualizarnos y a seguir aumentando nuestros conocimientos y, aunque el saber no ocupa lugar, los libros sí, así que mejor apostar por la calidad y no por la cantidad. También podemos optar por tener nuestros favoritos en papel y los demás en formato electrónico, que, por cierto, pueden organizarse maravillosamente con estas aplicaciones.

Cómo organizar la biblioteca profesional

A medida que vayamos acumulando títulos, llegará un momento en que necesitemos un poco de orden. Nuestra biblioteca profesional debe ser funcional, no un caos de libros apilados sin criterio. Lo ideal es establecer una organización que nos facilite encontrar lo que buscamos en el momento en que lo necesitamos.

Podemos organizar los libros por temáticas, agrupando los relacionados con nuestra especialidad principal y dejando espacio para aquellas lecturas transversales que complementan nuestra formación. Otra opción es clasificarlos por proyectos en los que estemos trabajando o por el nivel de profundidad: desde las lecturas introductorias hasta los manuales más especializados.

Una vez que hayamos establecido cómo vamos a organizar en bloques (por temáticas, por uso, por proyectos, etc.) también debemos prestar atención al orden interior del bloque. En este caso, lo suyo es aplicar el básico, pero siempre utilísimo, sistema alfabético. Obviamente, si tenemos tres libros en cada sección, no será necesario, pero cuando eso empiece a crecer, vamos a agradecer llevar un buen orden desde el principio.

Si optamos por libros digitales, conviene crear carpetas específicas y utilizar aplicaciones como Zotero o Mendeley, que permiten almacenar, etiquetar y hacer anotaciones en cada documento. De este modo, podremos realizar búsquedas rápidas y acceder a cualquier referencia en cuestión de segundos.

Lo importante es que la biblioteca crezca de forma ordenada, reflejando nuestro camino académico y profesional, y que no se convierta en un almacén de libros polvorientos o archivos olvidados. Como todo en la vida, cuanto más accesible y visual sea, más fácil será aprovechar todo su potencial.