¿Entrevista de trabajo? Aprende a controlar los nervios

Ponerse un poco nerviosos antes y durante una entrevista es normal, pero si dejamos que el pánico se apodere de nosotros, corremos el riesgo de perder el puesto.
Ropa que nos haga sentir cómodos
Para una entrevista es importante vestir de forma apropiada. La empresa querrá que la persona que va a contratar dé una imagen que pueda representarla. Incluso aunque no vayamos a trabajar de cara al público, cada trabajador es parte de la imagen de la empresa y por eso cuidar nuestro aspecto es importante. Pero además de acertar con el estilo, necesitamos sentirnos cómodos. Si sumamos un pantalón que aprieta o unos zapatos que nos hacen daño a los nervios previos, el malestar se reflejará en cada gesto. La ropa y el calzado que nos pongamos nos tiene que hacer sentir bien tanto estéticamente como en el confort.
Una prueba que podemos hacer es pasar dos minutos sentados con la ropa que hayamos elegido. Así veremos si las prendas se arrugan, si nos tira de la sisa o si hace ruido cuando nos movemos.
Los zapatos deben estar limpios, pero mejor si no son nuevos. Si lo son, habrá que usarlos varios días antes, no vaya a ser que nos den una vuelta por las oficinas y no podamos ni andar.
Evitar los gestos nerviosos
Si cuando estamos nerviosos tendemos a mordernos las uñas, a mover las piernas compulsivamente, dar golpecitos con los dedos en la mesa, morder el capuchón del bolígrafo, tocarnos el pelo sin parar o alguna manía semejante, debemos controlarla.
Que podamos mantener una actitud tranquila (al menos en apariencia) es muy positivo para que pasemos la entrevista de trabajo con éxito. De todas formas, si vemos que no somos capaces, lo mejor es normalizar la situación ante el entrevistador que contará con nuestros nervios como algo habitual. Reconocer la situación, decir : «lo siento, estoy algo nervioso» hará que nos sintamos más relajados y que el entrevistador sea menos duro en su evaluación. Aceptando las cosas que no podemos controlar abiertamente crearemos un ambiente más distendido.
¿Conocemos bien nuestro CV?
Es común hacer un currículo y luego no revisarlo antes de una entrevista de trabajo porque, supuestamente, ya conocemos nuestra vida laboral o nuestra formación. Lo cierto es que del currículo pueden salir algunas de las preguntas que nos hagan en la entrevista y ganaríamos mucha seguridad si revisamos previamente lo que dice. Puede que nos pregunten qué nos pareció alguno de nuestros cursos o que nos pregunten por qué estuvimos tan poco tiempo trabajando en cierta empresa. Si hacemos una lectura previa y vemos qué preguntas pueden sacar de ahí, ganaremos mucha seguridad.
¿Para quién vamos a trabajar?
Investigar la empresa evita respuestas genéricas. Hay reclutadores que, directamente, nos preguntarán por qué queremos trabajar con ellos y quedaría fatal si contestásemos que es porque tenemos que pagar el alquiler y nos sirve cualquier cosa (aunque sea la verdad). LinkedIn, la prensa del sector y la propia web corporativa bastan para identificar proyectos recientes y valores de marca.
Una buena idea es crear alertas de Google con el nombre de la compañía la semana previa. Así recibiremos en el correo las noticias más actuales de la empresa y podremos prepararnos preguntas y comentarios que den muestra de nuestro interés por la compañía.
Expresión corporal
Es importante que nos sentemos apropiadamente, con la espalda recta, pero sin rigidez, entrecruzar las manos en el regazo, pero no cruzar los brazos de forma defensiva. Debemos mantener una gestualización abierta y tranquila, mostrando de vez en cuando las palmas de las manos para que se aprecie una actitud honesta en nosotros.
Es importante mirar a los ojos al entrevistador, pero no como si fuéramos un conejo inmóvil deslumbrado por los faros de un coche, sino para demostrar que prestamos atención a lo que se nos dice. También cuando contestemos a sus preguntas, si mantenemos la mirada en sus ojos trasmitiremos seguridad y sinceridad, pero podemos desviarla mientras recordamos o pensamos en la respuesta para no incomodar al entrevistador con una actitud tan robótica.
Sonreír también es esencial para triunfar en una entrevista de trabajo. Mediante la sonrisa expresamos cercanía, accesibilidad, honestidad, facilidad en el trato… siempre y cuando no sea algo forzado.
Actitud positiva
Mantener una actitud positiva durante la entrevista también hablará muy bien de nosotros y de nuestra predisposición a esforzarnos y encajar en la plantilla. No se trata de llegar ahí comiéndonos el mundo, pero sí de demostrar que somos personas capaces de tolerar bien la frustración y de enfrentarnos a las adversidades con buen talante.
Ensayar primero
Lo más útil que podemos hacer para reducir los nervios en una entrevista de trabajo es ensayar antes. Ahora que sabemos todo lo que debemos hacer y preparar, qué ropa nos vamos a poner y cómo debemos comportarnos, toca practicar.
Durante la carrera hemos aprendido cómo llevar un examen bien preparado disminuye muchísimo el nivel de estrés. Con una entrevista de trabajo pasa igual. Y si ya tenemos nuestro eTítulo, somos verdaderos expertos en preparar exámenes, presentar trabajos o hablar ante los profesores, así que ahora solo hay que aplicar esos conocimientos en otro campo.
Hay que prepararse la respuesta a las posibles preguntas que nos hagan y practicar delante de un espejo. Así podremos ver cómo lo hacemos y ganar seguridad. Incluso podemos grabarnos y corregir luego lo que podamos mejorar. Cuanto más hayamos practicado, más seguros iremos a la entrevista de trabajo y menos nervios sentiremos.
Además, podremos corregir las molestas muletillas que tanto estropean el discurso. Hay plataformas gratuitas de simulación de entrevistas como Big Interview que plantean preguntas típicas y detectan repeticiones de vocabulario. Cinco ensayos online bastan para pulir nuestro ritmo y claridad.
Calcular bien el tiempo
Por supuesto, si no queremos pasar nervios, no podemos llegar tarde. El día de la entrevista debemos planificar el trayecto atendiendo a su duración y añadirle entre 20 y 30 minutos extra por si surgen imprevistos.
Luego, si nos sobra todo ese tiempo, podemos pasear por la zona o tomar algo hasta que llegue la hora de la entrevista.
Seguimiento
No es mala idea enviar un correo breve de agradecimiento 24 h después de la entrevista. Esto refuerza la impresión profesional y muestra interés genuino por la vacante.
Sacar nuestro eTítulo exige algo más que buena memoria; desarrollar autoconfianza, comunicación y pensamiento crítico también es parte del camino. Con una preparación estructurada y estos ajustes, los nervios dejan de ser un obstáculo y se convierten en un pequeño impulso de energía para afrontar la entrevista.
Suerte.