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Cómo es la foto perfecta para poner en tu CV y perfil profesional

Cómo es la foto perfecta para poner en tu CV y perfil profesional

A pesar de vivir en la era del selfi, elegir una buena imagen para el currículo sigue siendo un quebradero de cabeza. Entre prejuicios, costumbres locales y abundancia de filtros, conviene aclarar qué funciona y qué no cuando presentamos nuestra candidatura.

Cuándo y por qué incluir la fotografía

En un mundo ideal, el talento debería pesar más que la apariencia. De hecho, en países como Reino Unido, Estados Unidos o Canadá se desaconseja adjuntar fotografía para evitar sesgos. Sin embargo, en España y buena parte de Latinoamérica la foto continúa siendo la norma. Si la empresa ya espera verla, enviamos la señal de profesionalidad al incluirla; si decidimos omitirla, corremos el riesgo de que nuestro CV quede incompleto en la primera criba. Por eso, mientras la costumbre siga vigente, más vale cuidar ese detalle.

Apostar por profesionales: la opción sin complicaciones

La vía más segura consiste en reservar una sesión de retrato con un fotógrafo especializado. Un estudio controla fondo, iluminación y encuadre; obtenemos varios disparos y, lo mejor, derechos de uso para LinkedIn, CV y perfiles profesionales. El coste resulta razonable frente al tiempo invertido en pruebas caseras y, de paso, apoyamos otro sector creativo.

Manual de foto casera: guía paso a paso

Cuando el presupuesto no llega o preferimos hacer varias pruebas por nuestra cuenta, basta con seguir un protocolo sencillo:

  1. Contar con ayuda

Un tripié y el temporizador del móvil funcionan, aunque la colaboración de una segunda persona mejora el resultado. Así evitamos los brazos estirados de los selfis y ganamos naturalidad.

  1. Elegir encuadre medio

Ni cabeza flotante ni cuerpo entero: el plano medio (de la mitad del torso hacia arriba) permite apreciar rostro y postura sin distracciones. Dejamos un pequeño margen por encima de la coronilla para no parecer encajonados.

  1. Buscar un fondo neutro

Una pared lisa, una puerta sin decoración o un panel plegable sirven para lograr uniformidad. Si salimos al exterior, un muro monocromático o un desenfoque natural aportan profesionalidad sin restar protagonismo. Nada de estanterías caóticas, cuadros torcidos ni baños revelando azulejos.

  1. Cuidar la luz

La iluminación frontal suave es la gran aliada. Podemos situarnos cerca de una ventana a primera hora de la mañana o última de la tarde, cuando la luz crea menos sombras duras. Evitamos el sol directo en la cara y, si hace falta, rebotamos la luz con una cartulina blanca.

  1. Mostrar expresión cercana

Una leve sonrisa proyecta accesibilidad. Las carcajadas excesivas o los rostros hieráticos restan equilibrio. Morritos, guiños y poses de influencer conviene guardarlos para otra red.

  1. Vestir acorde al sector

No existe uniforme único, pero sí un código implícito. Para un despacho jurídico, chaqueta entallada o americana resulta coherente; para diseño creativo, prendas sencillas con un toque de color funcionan sin corbata. En todos los casos evitamos estampados chillones, logotipos y mensajes en la ropa.

  1. Mantener postura natural

Relajamos hombros, bajamos ligeramente la barbilla y dirigimos la mirada a la lente. Si apoyamos las manos sobre el regazo o la mesa, transmitimos confianza. Una ligera inclinación del torso hacia la cámara añade dinamismo sin parecer forzada.

  1. Colocar la cámara a buena altura

El ángulo ideal está unos centímetros por encima de los ojos. Así estilizamos facciones y evitamos la perspectiva desde abajo que marca papada o agranda fosas nasales. Si la cámara queda baja, basta sentarse o ajustar el trípode.

Aspectos técnicos que suelen olvidarse

  • Resolución y proporción : una imagen a 300 dpi y mínimo 800 × 1000 píxeles cubre sobradamente impresión y plataformas digitales.
  • Formato : JPEG de alta calidad o PNG ligero. Nada de fotos incrustadas en Word que pierden nitidez.
  • Peso del archivo : conviene no superar 1 MB para no saturar sistemas de reclutamiento.
  • Nombre del archivo : mejor “CV_Foto_NombreApellidos.jpg” que “IMG_8534_mod_final”.

Edición: retoques sí, filtros no

Un retoque básico —recortar, ajustar brillo y contraste, corregir manchas de polvo— es más que suficiente. Los filtros de redes sociales, la piel sin poros o los desenfoques exagerados pueden generar desconfianza: la fotografía debe ser fiel a la realidad, no una versión irreconocible.

Cada cuánto renovar la imagen

La recomendación general apunta a actualizar la foto cada dos o tres años, o cuando cambie significativamente nuestro aspecto. Mantener una imagen coherente con nuestra presencia real evita sorpresas en la entrevista.

Diferencias culturales mínimas pero decisivas

Si planeamos enviarlo a empresas multinacionales, conviene verificar la expectativa de cada país. Francia suele aceptar foto, Alemania la considera práctica, mientras que Reino Unido la rechaza. Un mismo CV puede circular con o sin imagen según destino.

Ventajas adicionales de una buena foto

  • Refuerzo de marca personal : la coherencia entre foto de CV, LinkedIn y correo corporativo facilita que los reclutadores nos identifiquen.
  • Primera impresión controlada : transmitimos profesionalidad antes incluso de la entrevista.
  • Confianza y cercanía : humanizamos el currículo, algo valioso en procesos donde se revisan cientos de perfiles.

Con estos principios, nuestra imagen dejará de ser un obstáculo y se convertirá en un recurso estratégico. La foto perfecta para el CV no es cuestión de filtros ni de estética vacía; es la versión más profesional, coherente y actual de nosotros mismos, lista para acompañar nuestro eTítulo y abrir la puerta al trabajo que buscamos.