Buenos propósitos para 2026 que todo estudiante universitario debería tener
Por una vez, hagamos unos propósitos de año nuevo realistas y que estén orientados a mejorar nuestro futuro. Por una vez, vamos a cumplirlos este 2026.
El inicio de un nuevo año siempre viene acompañado de listas interminables de buenos propósitos que, seamos sinceros, rara vez sobreviven más allá de febrero.
Ir al gimnasio, comer mejor, aprender un idioma… Todo eso está muy bien, pero quizá ha llegado el momento de plantearnos objetivos que realmente marquen la diferencia en nuestra formación y, sobre todo, en nuestro futuro profesional.
La universidad es una etapa clave. No solo por lo que se estudia, sino por todo lo que se aprende alrededor: cómo organizarse, cómo pensar, cómo relacionarse con el conocimiento y con el mundo laboral. Por eso, proponemos poner la vista en lo importante y os sugerimos algunos buenos propósitos realistas y útiles para empezar 2026 con buen pie.
Tomarnos la carrera en serio (de verdad)
Esto no significa pasarse el día estudiando ni vivir encerrado en la biblioteca. Significa entender que la universidad no es solo un trámite para conseguir un eTítulo, sino una oportunidad única para adquirir conocimientos sólidos, desarrollar pensamiento crítico y empezar a construir un perfil profesional que realmente nos apasione. Asistir a clase, participar, preguntar y no dejar todo para el final siguen siendo hábitos básicos que funcionan, aunque a veces los infravaloremos.
Tomarse la carrera en serio también implica asumir responsabilidades: cumplir plazos, respetar el trabajo propio y el ajeno y entender que cada asignatura aporta algo, aunque algunas nos horroricen.
Planificar mejor el tiempo
Uno de los grandes enemigos del estudiante medio es la mala gestión del tiempo. Dejar trabajos para última hora, estudiar la noche antes del examen o no saber priorizar tareas genera estrés innecesario y peores resultados. Aprender a planificar, usar agendas (digitales o en papel), calendarios visibles para que no se nos pase nada y ser realista con los tiempos es un propósito que mejora notablemente el rendimiento académico y la calidad de vida.
No se trata de llenar cada minuto del día, sino de aprender a distribuir el esfuerzo. Planificar también ayuda a detectar cuándo necesitamos parar, descansar o pedir ayuda antes de que colapsemos.
Apostar por un aprendizaje más profundo
Aprobar no siempre es aprender. En 2026, podemos proponernos ir un paso más allá de simplemente cumplir. Relacionar conceptos, cuestionar lo que estudiamos, buscar lecturas complementarias y entender por qué las cosas son como son es, a la larga, muchísimo más importante y enriquecedor que memorizar un temario como un loro para sacar un 10. Los conocimientos que realmente se interiorizan son los que después resultan útiles en el mundo laboral.
Este tipo de aprendizaje requiere más implicación, pero también es mucho más satisfactorio. Cuando entendemos lo que estudiamos, memorizar deja de ser una tortura y el conocimiento se convierte en una herramienta real.
Empezar a pensar en el futuro profesional
No hace falta tener la vida resuelta en primero de carrera, pero sí conviene empezar a hacerse preguntas. ¿En qué nos gustaría trabajar? ¿Qué competencias nos faltan? ¿Qué sectores nos interesan más? ¿Hay un plan B? Es un buen propósito el empezar a informarnos de verdad de las salidas profesionales, prácticas, másteres o programas de movilidad nos ayudarán a tomar mejores decisiones cuando llegue el momento.
Cuanto antes empecemos a pensar en nuestro futuro laboral, más margen tendremos para corregir el rumbo, adquirir formación complementaria o enfocar nuestra carrera hacia lo que realmente nos interesa.
Cuidar nuestro perfil académico y digital
Cada vez más, la forma en la que presentamos nuestra formación importa tanto como la formación en sí. Mantener nuestro currículum actualizado, cuidar nuestro perfil en redes profesionales y saber acreditar correctamente nuestros estudios es fundamental. Contar con servicios universitarios que facilitan la obtención y gestión de credenciales académicas digitales seguras te permite acreditar tu formación de manera rápida y fiable cuando lo necesites.
En un mercado laboral cada vez más digitalizado, tener tus títulos y certificados accesibles, verificados y protegidos frente al fraude es una ventaja que conviene no pasar por alto.
No descuidar la salud mental
La universidad puede ser exigente y, a veces, abrumadora. Dormir poco, vivir con ansiedad constante o normalizar el agotamiento no debería ser aceptable. Aprender a descansar, pedir ayuda cuando hace falta y poner límites también forma parte de una formación responsable y sostenible a largo plazo.
Cuidar la salud mental no es una pérdida de tiempo, es una inversión. Un estudiante descansado y equilibrado rinde mejor, aprende más y afronta los retos con mayor claridad, pero eso es lo de menos; una persona con equilibrio mental es una persona sana y con capacidad para realizarse en la vida y experimentar la felicidad, así que este propósito debería ser prioritario.
Aprovechar los recursos que te ofrece nuestra universidad
Bibliotecas, servicios de orientación, prácticas, formación complementaria, herramientas digitales… Muchas veces pasamos por la universidad sin aprovechar todo lo que nos ofrece. Uno de los mejores propósitos para 2026 es informarnos y sacar partido a estos recursos, porque están ahí para ayudarnos.
Construir una red de contactos desde la universidad
Otro propósito clave es empezar a construir nuestra red de contactos de forma natural (el archiconocido networking ). Estudiantes, profesorado, tutores y tutoras de prácticas, profesionales invitados a charlas o seminarios… Todos ellos pueden convertirse, con el tiempo, en referentes o en buenos contactos que nos brinden oportunidades laborales.
Relacionarse, participar en actividades académicas y mantener una actitud profesional desde la universidad nos permitirá crear una red sólida que será muy valiosa cuando terminemos los estudios.
Aprender a trabajar en equipo
Aunque muchas veces se perciba como una molestia, el trabajo en grupo es una de las competencias más importantes en el entorno laboral. En 2026, propongámonos mejorar nuestra capacidad para colaborar, comunicarnos y resolver conflictos de manera constructiva.
Saber trabajar en equipo no solo mejora nuestros resultados académicos, sino que nos prepara para entornos profesionales reales donde la cooperación es imprescindible.
Mantener una actitud crítica y ética
Por último, un buen propósito universitario es no perder la capacidad de cuestionar y actuar con responsabilidad. La formación universitaria no solo transmite conocimientos, también valores. Aprender a contrastar fuentes, respetar la autoría, evitar el plagio y actuar con honestidad académica es esencial para construir una trayectoria profesional sólida y creíble.
Dejar que una IA aprenda por nosotros, aunque nos ahorre trabajo es un error que pagaremos después. Sabemos que es difícil, pero igual que nos resistimos al exceso de grasas saturadas, al tabaco o al sedentarismo, también hay que hacer el esfuerzo de resistirse a que una máquina nos haga los trabajos, porque seremos nosotros los que lo pagaremos después. ¿Quién quiere que le opere un profesional de la medicina que aprobó su carrera dejando que los trabajos y el estudio se lo resolviera ChatGPT? Pues lo mismo para el resto de profesionales.
Un año para construir, no solo para aprobar
2026 puede ser el año en el que empecemos a tomarnos nuestra etapa universitaria como lo que es: la base de nuestro futuro profesional. Hemos estudiado en el colegio y el instituto casi como con inercia; lo que hay que hacer y lo que toca aprender. Pero la universidad es otra cosa. Nosotros tenemos el control del camino y no podemos transitarlo como si no hubiese nadie al volante.
Los buenos propósitos no tienen por qué ser grandilocuentes, basta con que sean coherentes, constantes y pensados a largo plazo.
Porque estudiar una carrera no es solo aprobar asignaturas. Es formarse, crecer y prepararse para demostrar, con garantías, seguridad y respaldo institucional, todo lo que somos capaces de hacer.
¡Feliz año 2026 a tod@s!