Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecer nuestros servicios y recoger datos estadísticos. Continuar navegando implica su aceptación. Más información sobre la Política de Cookies

Aceptar

No te pierdas nuestro Blog


9 trucos para no procrastinar

9 trucos para no procrastinar

¿Dejas para mañana todo lo que podrías haber hecho hoy? ¿Se te acumula el trabajo porque lo dejas para el final? No te preocupes, no eres un vago, lo que pasa es que no te organizas bien.

Etiquetas que duelen

Padres, jefes y profesores tienden a colgar las etiquetas de vago como si las regalaran y, en realidad, no se dan cuenta de que diciéndonos esas cosas consiguen que acabemos por creérnoslo y nos comportemos como unos verdaderos vagos. El problema reside en la organización: hay personas capaces de administrar su tiempo de maravilla y que un día les cunda como dos y hay personas que no saben cómo hacer para que el tiempo no se les escape de las manos.

Lo importante es no rendirse y no dejar que nos etiqueten. Aprender a organizarnos mejor es solo cuestión de voluntad. Veamos cómo:

1. Pierde cinco minutos para tomar decisiones

Pero no más de cinco. A los que no somos organizados se nos suele ir el tiempo pensando en todo lo que tenemos que hacer y en cómo hacerlo. Cuando queremos darnos cuenta, se nos ha ido la mañana sin hacer nada y tenemos tal agobio encima que tampoco rendimos por la tarde. Siéntate, piensa en lo que tienes que hacer primero y luego hazlo. Ya pensarás en lo que viene después cuando hayas acabado la primera tarea. Es más simple de lo que parece, déjate de excusas.

2. Divide la tarea y ponte metas más sencillas

Cuando afrontamos un trabajo o la ardua tarea de estudiarnos varios temas, podemos sentir que nos queda por delante un esfuerzo titánico y eso nos desanima, lo que nos lleva a procrastinar. Para evitar esa sensación angustiosa, debemos dividir el trabajo y fijarnos pequeñas metas. Lo mejor es que nos propongamos, por ejemplo, estudiar el primer tema o desarrollar la primera parte del trabajo. Cuando lo terminemos, ya pensaremos en lo demás, de momento, mejor ir paso a paso para no agobiarnos.

3. Pon un calendario en tu vida

Los días pasan sin que nos demos cuenta y de pronto mañana es la fecha límite de entrega. Esto no nos puede pasar, sobre todo cuando la solución es tan sencilla como tener un calendario colgado en la pared. Marca con colores las fechas importantes y míralo cada día. Serás mucho más consciente del paso del tiempo y evitarás sustos innecesarios.

4. Los horarios son importantes

Ponerse un horario y cumplirlo es esencial para que no nos despistemos. Háztelo tú mismo sabiendo cuáles son tus necesidades y contando también con tu tiempo de ocio. Ponte alarmas en el teléfono y trata de cumplirlo. Si un día fallas, el horario no se autodestruye así que no hace falta que lo abandones por completo, solo tienes que retomarlo al día siguiente y punto.

5. Sigue una rutina

Cuanto más fieles seamos a nuestras rutinas, más sencillo nos resultará hacerlas. Si acostumbramos a nuestro cuerpo a hacer ciertas cosas todos los días, en poco tiempo estaremos más que acostumbrados a ellas y no nos costarán tanto trabajo. Solo hay que vencer la pereza de los primeros días, luego saldrá solo.

6. No te saltes ningún descanso

A veces, nos agobiamos tanto con los estudios y las tareas pendientes porque nos ponemos a hacerlo todo de golpe hasta la extenuación, y lógicamente, al día siguiente estamos tan cansados que no nos apetece repetir la experiencia. Por eso es tan importante que todos los días hagamos un poquito y que respetemos mucho nuestros descansos. No se trata de empezar con mucho entusiasmo y no dejar ni una gota para el final, sino de planteárnoslo como una maratón. Descansar nos ayuda a refrescar las ideas y a concentrarnos mejor.

7. Si te mereces un premio...

Para no procrastinar, el premio no puede ser solamente terminar la tarea. Eso tendremos que hacerlo sí o sí y será un desahogo, pero poco más. Prémiate por cada tramo terminado. Plantéalo así: Si termino de estudiar el tema cinco, me voy al cine con mis amigos. Si no lo terminas, no hay cine, punto. Darnos un homenaje por haber hecho bien un trabajo y haberlo finalizado hará que tengamos ganas de hacer más. Al final, no somos tan distintos de los perros, solo que en este caso, el premio lo elegimos nosotros y somos nosotros solos los que tenemos que educarnos.

8. Evita distracciones

Esto es de lógica, pero a veces necesitamos que nos lo repitan: deja el móvil fuera de tu zona de estudio. No te pongas a jugar a los gilijuegos en el horario en el que tienes que hacer otras cosas. Deja las redes sociales para cuando estés libre, no se van a ir a ninguna parte. No te pongas música si necesitas concentrarte. Las moscas no son tan apasionantes como te parecen mientras estudias y, desgraciadamente, tampoco se van a ir a ninguna otra parte. Lógico, ¿no? ¿Y por qué no lo haces?

9. Fuera aburrimiento

Sí, tienes que intentar no aburrirte. Estudiar la Revolución francesa por enésima vez igual no es tan apasionante como esperabas, pero tú puedes hacer que sea más entretenido si quieres. Usa fichas para memorizar o técnicas de estudio diferentes, organiza un concurso de preguntas y respuestas con tus compañeros, crea tu propia historia para contar lo mismo de forma menos soporífera, dibuja un cómic que contenga la parte que tienes que aprenderte, cambia de tema o de asignatura con frecuencia… lo que sea. Usa tu creatividad y verás cómo, además de pasártelo bien, sacas mejores notas.

Lo más importante de todo esto no es solo que tendrás más tiempo para ti, menos sensación de culpa y tus notas mejorarán, sino que te demostrarás a ti mismo que no eres ningún vago. Pocas cosas sientan mejor que quitarse de encima la losa de una etiqueta tan negativa. ¡Ánimo y a por el eTítulo!