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7 razones por las que te interesa hacer un máster

7 razones por las que te interesa hacer un máster

¿Piensas que hacer un máster no sirve para nada? ¿Crees que va a ser perder el tiempo? Lee esto antes de tomar una mala decisión.

1. Competitividad laboral

Antes, ser licenciado era más que suficiente para encontrar un buen trabajo, pero ahora la cosa está más complicada: cualquiera es licenciado o graduado. La competencia es brutal. Estudiar un máster te ayudará a destacar en el mercado laboral. Según el Informe Infoempleo-Adecco, más del 40 % de las ofertas cualificadas solicitan formación de posgrado y otros estudios señalan que quienes cursan un máster pueden encontrar empleo en menos de seis meses tras finalizarlo. Además, es probable que accedamos a puestos mejor pagados: el salario medio de una persona con máster en España ronda los 30.000 € brutos anuales, frente a los 24.000 € de quienes solo tienen el grado.

2. El único camino al doctorado

Si ahora mismo estamos dudando si hacer un máster, es posible que ni se nos pase por la cabeza doctorarnos. Pero… ¿quién sabe qué pasará en unos años? Si más adelante nos interesa investigar o enseñar en la universidad, necesitaremos obligatoriamente el máster (y el doctorado).

Es mejor que dejemos esa puerta abierta ahora, a que luego tengamos que compaginar trabajo, vida y estudios. Al final, es solo un año más, o dos como mucho, así que podemos tomárnoslo como una prolongación natural de nuestra formación académica.

3. Especialización

Los grados, por definición, son generalistas. Tienen que tocar muchos palos en poco tiempo y, a menudo, no profundizan en lo que más nos interesa. El máster, en cambio, nos permite centrarnos en el área que más nos gusta de nuestra disciplina: economía digital, nutrición clínica, inteligencia artificial, traducción audiovisual, marketing político, neurociencia, etc. Eso se traduce en dos cosas muy buenas: estaremos más motivados para estudiar y, además, nos estaremos preparando para un perfil profesional concreto, más valorado por las empresas.

4. Ampliar conocimientos

Además de especializarnos, en un máster también se profundiza. Si durante la carrera nos quedamos con la sensación de que todo se veía «muy por encima», un máster nos permite avanzar. Llegar al meollo de la cuestión. Especializarnos.

Aunque los másteres son de orientación práctica, también incluyen trabajo teórico riguroso, bibliografía actualizada, expertos en activo que ejercen como docentes… Es decir, un contexto académico pensado para que aprendamos de verdad, con calidad. Y no, leer artículos por nuestra cuenta en Internet no es lo mismo.

5. Prácticas y contactos

Un máster es el complemento ideal a nuestro eTítulo universitario porque, además de todo lo anterior, suele incluir prácticas en empresa. Y aquí viene lo bueno: estas prácticas son más específicas y profesionales que las del grado. Pueden ser nuestra primera puerta de entrada al mercado laboral real. Además, conoceremos a profesores y a otros estudiantes con nuestros mismos intereses: compañeros de clase hoy, colegas o colaboradores mañana. Estamos empezando a construir una red de contactos, algo clave en cualquier carrera profesional.

6. Cambio de rumbo profesional

Un máster también puede ayudarnos a reconducir nuestra carrera si al acabar el grado sentimos que lo que hemos estudiado no es exactamente lo que queremos hacer. Por ejemplo, alguien que ha cursado Historia puede hacer un máster en gestión cultural o en patrimonio digital, alguien que viene de Derecho puede especializarse en cooperación internacional o ciberseguridad, y un estudiante de Filología puede redirigirse hacia la enseñanza de español como lengua extranjera. Hay opciones para todos los perfiles y para todos los gustos.

7. Diferenciación en procesos de selección

Por último, un máster no solo mejora nuestro currículum, también demuestra compromiso, motivación y ganas de seguir aprendiendo. En un proceso de selección, eso puede marcar la diferencia. Las empresas no solo valoran la formación, sino la actitud con la que nos enfrentamos al aprendizaje. Tener un máster no garantiza el éxito, pero sin duda nos sitúa un paso por delante del resto.