Hacer pellas sí, pero con cabeza

4 Abr 2014
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Hacer pellas sí, pero con cabeza

Asistir a clase es importante para aprobar. Y no solo porque lo diga el plan Bolonia, que también, sino porque independientemente de lo malo que sea el profesor, si vamos, nos enteraremos mejor de lo que quiere, de lo que tiene importancia cara al examen y aprenderemos s.

 

Lo malo no es el uso sino el abuso

Lo ideal sería no faltar nunca. Si asistimos a clase con regularidad, sacaremos mejores notas y los exámenes nos resultarán más sencillos. Además, es nuestra obligación. La gente que trabaja no suele escaquearse del curro para dormir un poco más o para irse de juerga con los amigos (al menos no lo hacen los que quieren conservar el puesto). Estudiar, sacar buenas notas y asistir a clase es nuestro trabajo y, como tal, debemos entenderlo. Este «empleo» nos prepara para tener un futuro distinto, un futuro en el que podamos desempeñar un trabajo que nos guste y que nos permita vivir.

Hasta aquí nada nuevo. La charla de siempre sobre que hacer pellas está mal y bla, bla, bla. Lo cierto es que todo eso es verdad, pero también hay otras verdades. Esas verdades se llaman juventud, se llaman festivales, se llaman amigos, viajes, experiencias, se llaman disfrutar, y también sería muy irresponsable por nuestra parte perdérnoslas. Ya tendremos tiempo de hartarnos de trabajos de 8 a 3 y de 5 a 9, dando gracias, encima, por las dos horas que nos dejan para comer. Ya tendremos tiempo de ser tan responsables como nuestros padres cuando les hagamos abuelos, pero, de momento, lo que tenemos que hacer es encontrar un equilibrio. Ese es el truco.

Reservar las pellas para los días importantes

Para evitar que faltar a clase se convierta en un hábito, vendría bien fijar una cantidad máxima de días libres. Algo así como los días de asuntos propios que se cogían antes en los trabajos. Podemos reservar un máximo de siete días (por ejemplo) para faltar a clase. Esos días podemos administrarlos como queramos, juntos en una semana que queremos coger de vacaciones o por separado, pero no vale fraccionarlos en horas lectivas para ir solo a las asignaturas que nos gusten. Hay que contar que una falta es un día de pellas y no que un día son 24 horas que podernos fumarnos. Además, tenemos que prometernos no pasar del límite que nos hayamos impuesto. Quizá, a lo largo del curso se presente la posibilidad de hacer un viaje de unos días o de ir a un concierto en otra ciudad y no queramos perder la oportunidad. La única manera de poder hacer eso y que no nos pase factura es comprometiéndonos a asistir regularmente a clase durante el resto del curso, llevar al día los apuntes y tener un compañero de fiar que nos cubra las espaldas cuando hagamos pellas, y no firmando por nosotros en la hoja de asistencia (cosa que no deberíamos hacer jamás, porque si nos pillan, vamos a meternos los dos en graves problemas), sino cogiendo los apuntes que nos falten y avisándonos de los trabajos que tengamos que entregar o de si hay alguna novedad que debamos saber con urgencia.

La mala costumbre

El problema es que una vez que empezamos a faltar a clase es fácil que nos acostumbremos a hacerlo y eso no podemos permitírnoslo. Perderse un par de clases de cada asignatura a lo largo del curso no es problemático, pero sí lo es empezar a tomárselo como un hábito. Las excusas del tipo: «Total… tampoco voy a aprender nada», «Por un par de días nadie se va a dar cuenta» o «Ya me pondré las pilas después» no se las cree nadie.

No hay nada peor que tener fama de irresponsable. Los profesores pasan lista o se quedan con nuestras caras más de lo que creemos y si ven que empezamos a faltar, inmediatamente pensarán que no tenemos ningún interés. Tampoco vale ir solo a las asignaturas que nos gusten, saltarnos la primera hora o cosas por el estilo. El truco para sacarle partido a la carrera sin perdernos ninguna experiencia extra, consiste en ser consecuentes y responsables. Si lo hacemos bien, ni siquiera nuestros padres podrán reprocharnos nada y nosotros vamos a poder estudiar y disfrutar al mismo tiempo. Todo son ventajas ¿no?

Escrito por  Webmaster

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