Tres reglas básicas para no agotarse durante los exámenes

27 May 2020
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Tres reglas básicas para no agotarse durante los exámenes

Quien diga lo contrario miente, la época de exámenes es agotadora física y mentalmente. Vamos a ver 3 reglas básicas para reducir el cansancio.

exámenes

Da igual si los exámenes son online o presenciales, cuando queremos conseguir nuestro eTítulo vamos a pasar por muchos periodos así y, lo cierto es que la época de exámenes nos deja exhaustos porque echamos muchas horas seguidas de estudio y porque estamos estresados, pero, sobre todo, porque no nos cuidamos y acabamos haciendo auténticas burradas que suponen un gran desgaste. Si queremos llevarlos mejor y, por lo tanto, rendir más, hay que plantearse esto como una maratón y no como un sprint y seguir a rajatabla tres reglas básicas:

   1. Alimentar el cuerpo y el cerebro

Si no vivimos con nuestros padres, que son unos santos y se preocupan de hacernos la comida, es común que en época de exámenes acabemos basando nuestra alimentación en comidas precocinadas, congelados, pizzas y porquerías varias para picotear entre horas. Esto tiene un lado bueno: perdemos poco tiempo en cocinar y limpiar, pero tiene varias desventajas que, a la larga, son más dañinas que perder un poco de tiempo cocinando: una mala alimentación reduce nuestra concentración y capacidad de esfuerzo, nos sentimos más cansados y rendimos menos.

Por otro lado, también nos hace engordar y sentirnos peor con nosotros mismos. Si no tenemos a alguien que nos ayude con estas cosas en época de exámenes, lo suyo es que nos diseñemos un menú semanal de comidas y que hagamos la compra con antelación para que no perdamos tiempo en ir al mercado ni en pensar qué vamos a comer. También podemos dejar preparados ciertos platos que podamos congelar en raciones y luego tenerlos listos en el microondas en un santiamén. Si te organizas bien, no tendrás problema.

Recuerda que para picar entre horas (muy típico con la ansiedad que sufrimos en estas fechas) es mejor la fruta o los frutos secos que los bollos o las patatas fritas. Incluye en tu menú varias ensaladas y trata de hacer 5 comidas al día más ligeras en vez de pegarte un atracón que te causará pesadez de estómago y somnolencia.

La pasta es un recurso útil porque nos llena y proporciona energía, pero tampoco hay que abusar; prueba a hacerla en ensalada fresquita en vez de con salsas pesadas y si es integral, mucho mejor. Un filete a la plancha acompañado de un tomate aliñado tampoco nos lleva más de 10 minutos prepararlo y si congelamos purés o cremas de verduras, también los tendremos listos enseguida para cuando nos apetezcan.

   2. Dormir no es opcional

Nuestro cerebro va a estar trabajando a pleno rendimiento durante muchas horas y muchos días. Le vamos a exigir que entienda, que memorice, que se concentre, organice, planifique y que resuelva problemas, así que lo mínimo que podemos darle a cambio para evitar que se declare en huelga es el descanso necesario. Y resulta que la única manera que tiene nuestro cerebro de descansar es soñando (cosa que hace varias veces a lo largo de la noche) y si lo privamos de eso, acabará hecho puré.

Tras 12 horas leyendo y memorizando, por ejemplo, Derecho Procesal, aunque nos sintamos cansados, tendremos la necesidad de «hacer algo». En este periodo es normal tener la sensación de que no hacemos nada, de que los días pasan monótonos y aburridos sin que nos demos cuenta ni podamos resaltar nada de ellos y, al final, nos encontramos alargando las noches delante del ordenador o enganchados a un capítulo tras otro de nuestra serie favorita.

En realidad, sí hemos hecho, y mucho, pero como hemos roto nuestras rutinas y nos hemos pasado el día pegados a un libro o a un ordenador, sentados en la misma silla y leyendo las mismas cosas, al acabar, tenemos esa sensación.

No pasa nada por buscar un poco de «desconexión» antes de dormir, pero no podemos alargar eso más de la cuenta porque nos estaremos quitando unas horas de sueño valiosísimas.

Si eres de los que se ve tranquilamente 10 capítulos de la serie en vez de uno o si coges un libro y no lo sueltas hasta el final, usa las alarmas de tu móvil para limitarte. Una hora es suficiente para desconectar y luego a dormir. Si te quedas hasta las tantas, al día siguiente no rendirás e irás acumulando cansancio, cosa que en este periodo no nos podemos permitir.

   3. Hacer ejercicio

La cuarentena nos ha enseñado (a las malas) lo indispensable que es moverse y salir para tener la mente despejada. Hacer ejercicio es importante para la salud, para mantener una adecuada forma física y para sentirnos bien, pero eso no significa que no podamos posponerlo unos días mientras acabamos los exámenes, ¿no? Pues no.

En estos momentos el ejercicio físico es importantísimo para nosotros por varios motivos: previene problemas posturales derivados de las muchas horas que nos pasamos hincando los codos en la mesa con el cuello torcido, evita que nos duela la espalda por la misma causa, ayuda a mejorar la concentración, nos sirve para desconectar y descansar de los estudios, hace que nuestro cerebro segregue endorfinas que nos hacen sentir bien y nos libera de estrés.

Evidentemente el ejercicio físico es un gran aliado en época de exámenes, pero también es cierto que no podemos permitirnos perder demasiado tiempo con ello, así que tendremos que crear una rutina de ejercicios adaptada a este periodo.

En primer lugar, sabemos que el momento de máximo rendimiento cerebral son las dos horas posteriores a despertarnos, por lo que hay que olvidarse de hacer ejercicio por la mañana porque necesitamos ese breve tiempo de iluminación para enfocarnos en nuestros estudios. A partir de ahí, podríamos hacer tandas de 20 minutos de ejercicio cada 2 o 3 horas de estudio, por ejemplo. No hace falta matarnos, podemos salir a correr una vuelta a la manzana, hacer un par de largos (los afortunados que tengan piscina o playa cerca) o hacer un par de series de sentadillas, flexiones y abdominales.

Tener una comba para saltar un rato también ayuda si no queremos perder demasiado tiempo, porque resulta que saltar es un ejercicio muy completo y bueno para activar nuestro riego sanguíneo.

No importa cómo, lo que importa es que nos organicemos para que todos los días pongamos el cuerpo a funcionar.

Si cumplimos estas tres reglas básicas, llegaremos al final de la temporada de exámenes mucho más frescos y nuestros resultados académicos serán mejores.

¡¡Mucha suerte a tod@s y ánimo, que ya se acaba!!

 

Escrito por  root

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