10 formas de resolver conflictos en época de cuarentena

12 Abr 2020
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10 formas de resolver conflictos en época de cuarentena

El roce hace el cariño, pero también hace ampollas y, ahora en cuarentena, la cosa se puede poner muy tensa si no tenemos al día nuestras técnicas para resolver conflictos.

Que la convivencia es difícil es algo que se sabe, lo que no se sabía es hasta qué punto puede ser infernal cuando convivimos forzosamente con alguien con el que chocamos y encima tenemos que verlo a todas horas. No podemos salir de casa, no podemos tomarnos unos días de descanso, estamos atrapados y, por lo tanto, hay que intentar por todos los medios que las discusiones no sean ni demasiado graves ni recurrentes. Hay que saber resolver conflictos de forma constructiva.

Una extraña situación y el descontrol de las emociones

Hoy hace veintiocho días que, en España, estamos en cuarentena. Veintiocho días desde que quedarse en casa fue obligatorio. Y es una situación extraña y agobiante, pero no solo por no poder salir, sino por echar de menos a los que no podemos ver, por salir a comprar y sentir casi que estamos cometiendo un delito o que vamos a contagiarnos si tocamos un tarro de tomate frito y luego nos rascamos la nariz. Y estamos agobiados porque el tiempo pasa y esto no para. Y nos preocupan nuestros seres queridos y las cifras de muertos e infectados con las que nos bombardean a diario, y las cuatro paredes de nuestra casa nunca tuvieron tanta presencia como ahora. Y hay que convivir.

Es un momento extraño y duro para todos y eso hace que nuestros sentimientos también estén enrarecidos. Hay días buenos y días malos, pero, sobre todo, hay muchos días iguales y eso merma el ánimo de cualquiera. En este contexto, que estemos de mal humor y terminemos discutiendo con las personas con las que convivimos es normal, pero hay que tratar de evitarlo o, al menos, arreglar las cosas lo antes posible porque vamos a tener que seguir conviviendo y, cuanto mejores estén nuestras relaciones con los demás, mejor estaremos todos y mejor llevaremos este encierro.

La prevención es lo más importante

No solo se trata de resolver conflictos de forma constructiva, sino de intentar tener los menos posibles.

Si las personas con las que estamos pasando la cuarentena son miembros de nuestra familia, pareja o amigos íntimos, ya sabemos cómo son esas personas, de qué pie cojean y qué podemos hacer para intentar no entrar en conflicto con ellas. Es el momento de esforzarse lo máximo posible para no crear un mal ambiente en casa y todos debemos poner de nuestra parte.

Si son personas con las que aún no tenemos mucha confianza (un compañero de piso, una pareja reciente, un amigo que no conocemos hace tiempo), entonces, la mejor manera de abordar la prevención de situaciones de conflicto es establecer un diálogo abierto en el que podamos preguntar y responder cualquier duda o hacer cualquier aclaración.

Tengamos o no tengamos confianza con nuestros compañeros de cuarentena, estamos viviendo una situación excepcional que va a requerir de mucha mano izquierda.

Lo primero que debemos hacer es verbalizar todo esto. Sentarnos con nuestros compañeros de cuarentena y decir algo como esto: es una situación complicada y, por lo tanto, debemos trabajar todos juntos para llevarnos lo mejor posible y evitar que surjan problemas entre nosotros.

A partir de aquí todo el mundo puede proponer ciertas cosas o exponer cualquier queja que tenga. Si convivir en armonía requiere una cierta planificación y solidaridad, mucho más lo requiere convivir en cuarentena y, por eso, establecer unos horarios y turnos de limpieza, cocina, colada y demás obligaciones se hace imprescindible para evitar que surjan roces que puedan convertirse en discusiones.

Resolver conflictos

Una vez que el problema ya ha aparecido hay que poner en práctica una serie de medidas:

  1. Para, piensa y reacciona: Si hay una situación que está haciendo que te salga humo de las orejas, no es el momento de actuar. Vete un rato a tu habitación, piensa un poco, relájate y luego dile a la otra persona que te gustaría conversar.
  2. No agraves la situación: Hay personas que, por temor al enfrentamiento, deciden evitarlo, pero luego adoptan actitudes pasivo-agresivas (hacer ruido con los platos, estar de morros, no participar en ninguna actividad grupal, etc.) que generan mucha tensión. No caigas en esto; la mejor manera de resolver conflictos es abordándolos.
  3. Identifica el problema: A veces, el problema está muy claro (me molesta que mi compañero nunca tenga iniciativa a la hora de limpiar la casa), pero otras veces, los problemas pueden ser mucho más difusos o puede ser un cúmulo de muchas pequeñas cosas. Lo mejor que podemos hacer es escribir qué es lo que sentimos y así identificaremos cuál o cuáles son los problemas y cómo nos sentimos. Escribirlo también nos ayudará a poner en orden nuestras ideas y a preparar una estrategia para abordar la conversación y plantear soluciones.
  4. No evites hablar del tema: Estar encerrados puede hacer que queramos dejar pasar cualquier conflicto para que la convivencia no sea un infierno, pero si vamos dejando pasar aquello que nos molesta, se irá acumulando y al final tendremos un cabreo tremendo y estallaremos por cualquier tontería. Si vamos hablando tranquilamente cada pequeña cosa que vaya surgiendo, la convivencia será mucho más fácil para todos.
  5. No ataques a la persona sino al problema: En una discusión, lo último que debemos hacer es plantearla como si la otra persona fuese un rival que abatir. No se trata de vencer a un contrincante, sino de llegar a un acuerdo para tener una mejor convivencia. Por ejemplo, en el caso mencionado en el que se convive con alguien que no limpia jamás, o no lo hace salvo que se le coaccione, nunca debemos decir cosas como «eres un guarro», «eres muy vago» o algo por el estilo. Si tu objetivo es que esa persona reaccione cambiando su actitud, debes explicarle por qué es importante que cada uno se responsabilice de determinadas tareas.
  6. Cuida tus gestos: Es importante que te muestres tranquilo y abierto al diálogo. Tus expresiones corporales son tan importantes como tus expresiones verbales y, en concreto, debes evitar mostrar cualquier expresión agresiva (como acercarte mucho a tu interlocutor, señalar con el dedo, levantar el labio superior en señal de desprecio o elevar el mentón y echar los hombros hacia atrás). Recuerda que, para conseguir tu objetivo, se atrapan más moscas con miel que con hiel.
  7. Respeta siempre: Da igual lo enfadado que estés. Da igual si el otro no muestra ningún respeto. Entrar en descalificaciones solo conseguirá que tengáis un conflicto en escalada que os hará daño a todos y que se enquistará. Recuerda que, ahora mismo, no puedes irte de tu casa y dejar de ver a esa persona. Que tu actitud sea intachable hará que el otro también se relaje.
  8. Puedes parar y aplazar la conversación: No hay por qué prolongar una discusión hasta que se encuentren soluciones, porque no siempre va a pasar eso a la primera. Si la cosa se os está yendo de las manos, propón un aplazamiento hasta que todos estéis más tranquilos, pero no dejes de hablarlo todo en cuanto os calméis para que no quede nada pendiente.
  9. Propón soluciones constructivas: Discutir porque sí, porque estamos frustrados o aburridos no lleva a nada. Solo sirve para hacer daño. Si queremos resolver conflictos que puedan surgir en estos días, lo que debemos hacer es pensar en cómo solucionar los problemas y eso no consiste en que todo el mundo se comporte como tú quieres, sino en que todos pongan de su parte y transijan con cómo son los demás. Hay que aplicar eso de mi libertad acaba donde empieza la tuya y buscar un punto intermedio para todos. Si, por ejemplo, alguien de tu familia pone la música muy alta cuando intentas estudiar o se pone a hablar por teléfono sin parar, puedes explicarle lo importante que es para ti acabar tus estudios y obtener tu eTítulo. Propón una serie de horarios en los que se debe bajar la música o déjale tus cascos. Siempre es mejor dar una solución que ponerse a dar gritos.
  10. Escucha y comprende: La empatía y la asertividad son las mejores habilidades sociales para resolver conflictos y debemos potenciarlas. Es necesario que escuchemos al otro y que sepamos ponernos en su lugar. Que entendamos de verdad cómo se siente sin juzgarlo desde nuestro rasero, porque nosotros tampoco somos perfectos. Cada persona tiene su bagaje, sus herramientas y su aprendizaje y lo que es obvio para unos no tiene que serlo necesariamente para todos. Si te muestras abierto y solidario, los demás también acabarán por hacerlo y la convivencia será mejor para todos.

 

 

Escrito por  root

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