9 cosas que NO debes compartir nunca en RRSS

4 Abr 2019
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9 cosas que NO debes compartir nunca en RRSS

Con esto de compartir sin parar todo lo que hacemos en redes sociales, parece que se nos olvidan ciertos límites. No te confíes, tu intimidad es importante.

RRSS

1. Fecha de nacimiento completa

No es una recomendación para los presumidos, sino que se trata de un tema de seguridad. Las RRSS permiten la opción de que esta información no sea visible (al menos no toda, puedes dejar que se vea el día de tu cumpleaños pero no los años que haces). La fecha completa de tu nacimiento es una información esencial para delitos cibernéticos de suplantación de identidad, copia de tarjetas bancarias, etc. Mejor no ponerlo fácil.

2. Domicilio

Nadie que no sea de total confianza tiene por qué saber dónde vives. Nunca publiques tu dirección en RRSS si no quieres aumentar el riesgo de robo o suplantación de identidad. Está bien que compartas ciertas partes de tu vida a través de las redes, pero no tiene por qué ser absolutamente todo.

3. Ubicación

Compartir la ubicación es como decir: Hola, querido ladrón, no estoy en casa. Me voy a la playa una semana, así que siéntete libre de ir a robar cuando quieras. ¡Chaito!

Por otro lado, si tienes algún tipo de acosador más o menos maligno al que no quieras ver, sería bueno que no le facilitaras el trabajo dándole la posibilidad de encontrarte allá donde vayas. ¿Aún no has visto You o qué?

4. Número de teléfono

Por mucho que Facebook te diga que introduzcas un teléfono móvil para tu seguridad, ya hemos visto que en esos temas, es mejor no hacer ni caso a una red social que lleva años vendiendo nuestros datos sin miramientos. Y lo mismo para el resto de RRSS. Con estos datos en malas manos, podemos ser fácilmente el objetivo de algún ciberdelincuente que quiera chantajearnos con nuestra información sensible. Mejor solo compartir el número de teléfono con aquellas personas que conozcamos.

5. Correo electrónico

Al igual que con el número de teléfono, dar acceso a que cualquiera conozca nuestro email puede dar lugar a que nos empiecen a mandar correos spam que porten malwares. Piensa que, con solo pinchar en una foto de un gatito que se parece sorprendentemente a Donald Trump o cualquier otra tontería similar, se puede introducir en nuestro ordenador un software malicioso que espíe lo que hacemos a través de la cámara o el micrófono, que introduzca un troyano para que alguien opere con tu ordenador a distancia y lo convierta en un zombi para un ataque DoS, o te «secuestren» el aparato a cambio de un precio.

6. Fake news

Además de las cosas que no debemos compartir por nuestra propia seguridad, también están aquellas que no debemos compartir por ética y por cuidar la propia imagen. Entre estas, encontramos los populares bulos que últimamente suelta sin miramientos toda la clase política internacional.

Salvo que aspires a ser un líder mundial populista que asciende al poder a costa de inventarse noticias y lanzar rumores falsos sobre otros para confundir y enajenar a la población (piensa que a Hitler también le funcionó, esto no es nuevo), deberías cuidarte de compartir en redes ese tipo de material, porque en un ámbito profesional más serio y más intelectual (que para algo has estudiado y tienes, o vas a tener, tu eTítulo) se espera algo más de rigor y criterio a la hora de compartir contenidos.

7. Contenido ofensivo

En este mismo apartado se encuentra también el tema de compartir contenidos ofensivos. Antes de seguir con esto vamos a hacer una pequeña aclaración: el contenido ofensivo no es aquel que ofende a otro simplemente porque piensa de forma distinta al que lo redactó, sino aquel que es en esencia discriminatorio.

En un momento social en el que parece que solo el hecho de sentirnos ofendidos por algo nos da razones de sobra para coartar la libertad de expresión de los demás, debemos matizar que el límite a la libertad de expresión (que no de opinión) lo marcan, como siempre, los DDHH. Podemos expresar públicamente que las patatas están malísimas y si eso ofende al club de enamorados de las patatas fritas es su problema. Pero no podemos expresar (que sí opinar en nuestra intimidad) que los inmigrantes son delincuentes, que los negros son inferiores a los blancos, que las mujeres merecen menos derechos que los hombres, que los homosexuales son unos desviados, etc.

Expresar este tipo de sentimientos en RRSS solo demuestra nuestra falta de conocimientos y de educación y eso no es bueno en un universitario o titulado que busca trabajo o que ya forma parte de una empresa (aunque sea en prácticas) y que, en cierta manera, también es parte de la imagen de la compañía para la que trabaja. Si tienes este tipo de opiniones, te recomendamos que leas más, que viajes más y que conozcas a más gente, pero no podemos decirte qué debes pensar, lo que sí te decimos es que compartirlo públicamente no va a ser bueno para tu futuro laboral y tu marca personal.

8. Criticas a las personas de tu (posible) entorno laboral

Seas becario, en prácticas o ya contratado, decir que tu encargado es idiota, que tu jefa es incompetente, que tus compañeros no rinden bien, que has dicho que estás malo pero en realidad estás en un bar, etc. son cosas que nunca debes publicar en RRSS. Aunque creas que tienes muy limitado el público que ve tus posts, no sabes realmente si alguien no hará un pantallazo y lo enviará o si resulta que tienes un amigo común con alguien que puede perjudicarte. Mejor guárdate las espaldas y no te compliques.

9. Plagios

Plagiar un contenido es robar. Como profesional, es importante que respetes la propiedad intelectual de los demás y que no te atribuyas los méritos de otros. Tanto por ética como por autoprotección (porque si te pillan, saldrás muy mal parado), siempre que vayas a compartir algo que no sea tuyo asegúrate de citar quién es el autor y de dónde has sacado la publicación, sobre todo si hablamos de redes profesionales como LinkedIn.

 

 

Escrito por  root

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