¿Se han vuelto locas las mujeres? Apuntes sobre el 8 de marzo

6 Mar 2019
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¿Se han vuelto locas las mujeres? Apuntes sobre el 8 de marzo

Si aún tienes dudas sobre qué pasa el 8 de marzo y qué se reivindica, lee esto para salir informarte y hacer lo correcto. 

8 de marzo

Feminismo para dummies

Vamos a dejar claros algunos conceptos antes de empezar para que todos sepamos de qué estamos hablando y no haya confusiones:

La Real Academia Española (RAE) define el feminismo como:

  1. m. Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.
  2. m. Movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes del feminismo.

El hembrismo no existe. No hay ningún movimiento feminista que reivindique la supremacía de la mujer sobre el hombre y quiera arrebatarles sus derechos civiles o fundamentales, relegar sus tareas al ámbito doméstico y la crianza de los hijos, cosificarlos, bajarles el sueldo, negarles el derecho a la educación, practicarles ablaciones, determinar cómo deben vestirse y comportarse en público, decidir sobre sus cuerpos, etc. No, no hay ningún movimiento feminista que pretenda darle la vuelta a la Historia y repetir todo, pero al revés. Ese tipo de acusaciones son intentos machistas de desvirtuar un movimiento social y político que lleva desde finales del siglo XVIII luchando por la igualdad sin una sola víctima mortal a su cargo. Jamás, en la historia de la humanidad ha habido una lucha más pacífica que esta.

Tenlo en cuenta cuando oigas este tipo de afirmaciones o escuches eso de que las feministas son unas feminazis. Comparar el feminismo con el nazismo no solo daña un movimiento justo y pacífico, sino que dulcifica el horror que realmente fue el holocausto.

No, las feministas no odian a los hombres. La lucha no sostiene ni reivindica de ninguna manera que los hombres sean malos, agresores sexuales o maltratadores, lo que sostiene es que el sistema patriarcal es antinatural y dañino para ambos sexos y que hay que eliminarlo. Esto es lo que se pide el 8 de marzo, que no os engañen con fake news ni con falsas estadísticas.

Discriminación positiva. Es una mala traducción de las affirmative actions que se implantaron en Norteamérica en 1968 para potenciar que los grupos históricamente discriminados (mujeres, minorías étnicas, etc.) tuvieran acceso al mercado laboral.

Estas políticas sociales no discriminan al varón, lo que hacen es repartir de forma más justa lo que es de todos. Si a un niño le hemos dado 100 caramelos todos los días y a su hermano 2, cuando damos 50 caramelos a ambos niños no estamos discriminando al primero, sino dejando de discriminar al segundo. Es así de simple.

Las acciones afirmativas se usan desde hace años para muchos colectivos, por ejemplo, las ayudas a personas con movilidad reducida, pero nadie pone el grito en el cielo por que a unos les den una silla de ruedas y a los que no las necesitamos, no. Solo los machistas se quejan cuando esa ayuda se otorga a las mujeres. Y sí, las mujeres no tienen (en principio o por el hecho de serlo) la movilidad reducida, pero es absurdo pensar que no han tenido que superar miles de trabas más que los varones para optar a un puesto igual cuando desde niñas se les ha puesto una muñeca entre los brazos y se les ha enseñado a qué deben aspirar en la vida y a qué no. Las acciones afirmativas o positivas solo tratan de reajustar la injusticia, nada más.

¿Y por qué se ofenden los hombres?

Normalmente, por desconocimiento. También, porque un cambio social de tal envergadura, que supone cambiar el statu quo, requiere de un cambio de mentalidad enorme que no todos están dispuestos a afrontar. El feminismo pide cosas que son lógicas, pero no “normales” (porque el patriarcado ha establecido su propia normalidad contra natura), y eso incomoda muchísimo.

Como decíamos, las mujeres feministas no creen que todos los hombres sean maltratadores o violadores. Pero lo que sí ven es que todas las mujeres son víctimas. Esa es la diferencia básica. Una mujer, por el hecho de serlo, tendrá, en cualquier país del mundo, menos derechos y oportunidades que un hombre. Y además, se sentirá más insegura ejerciendo su libertad al caminar por la calle, al iniciar una relación sentimental heterosexual o al expresar su opinión.

Es difícil ponerse en los zapatos de otros y el feminismo obliga a los hombres a intentar esa proeza. Y los hombres son, sin lugar a dudas, los privilegiados por este sistema patriarcal (aunque también lo padecen), pero es duro darse cuenta de que nuestras acciones aprendidas culturalmente dañan a otros y nos colocan en una posición que no hemos buscado, pero hemos mantenido. Por eso incomoda tanto.

Ante estas cuestiones, muchos hombres están tomando conciencia, otros deciden enfadarse y reaccionar violentamente, otros pasan y otros entonan el terrible Not All Men. Pues veréis, como decimos no son todos los hombres, pero sí todas las mujeres. Y si seguís con esa cantinela, hay que leer esta carta de un hombre para vosotros; seguro que os hará reflexionar.

Cambiando conceptos

Para la parte socialmente privilegiada (los hombres) es complicado entender cómo se siente la parte oprimida (las mujeres) desde su nacimiento. Pero, he aquí la solución: no hay que entenderlo todo porque habría que cambiar de cuerpo y educación y eso es imposible. Lo que hay que hacer es entender lo que es o no es justo y empezar a tirar del hilo a partir de ahí. Por eso, vamos a dejar de hablar de feminismo (esa palabra maldita) y vamos a empezar a hablar de racismo.

Luis y Javier son hijos adoptados de una familia de clase media europea. Luis tiene origen nórdico, su piel es clara, sus ojos azules y mide 1,90. Javier, su hermano, es de origen latinoamericano. Su piel es oscura, casi rojiza, sus ojos marrones y su pelo liso y negro azabache. Javier mide 1,65.

A pesar de que ambos tienen el mismo nivel económico y una misma educación, ¿quién lo tendrá más difícil? ¿Quién tiene más probabilidades de sufrir acoso callejero? ¿Quién encontrará antes un trabajo? ¿Quién tendrá todas las puertas abiertas y quién tendrá que sortear un camino lleno de piedras? ¿Quién tendrá más éxito social? Luis y Javier son iguales ante las leyes de su país (supuestamente), pero ¿a quién parará más la policía?, ¿quién será etiquetado como inmigrante y quién como turista? Así podemos seguir hasta el infinito. Lo que es importante comprender es que existe una discriminación racista que no está amparada por ningún estudio científico y que, simplemente, está basada en prejuicios e incultura. El machismo es exactamente igual. Estamos discriminando a un sexo por prejuicios e incultura y hay que parar ya.

Qué hacer este 8 de marzo

El feminismo no debería ser una lucha exclusiva de mujeres, así como combatir el racismo no es exclusivamente una lucha de los que no sean blancos. Cambiar el mundo a mejor y acabar con la discriminación es cosa de todos los seres humanos, porque es una lucha por los DDHH y eso nos concierne a la humanidad al completo.

Aun así, si eres mujer, este 8 de marzo te invitamos a que apoyes la huelga y te manifiestes si puedes. Hay que demostrar que si más del 50 % de la población se para, el mundo se para. Si no puedes, cuelga un delantal o una bandera en tu ventana para que se vea que apoyas el movimiento feminista. En tu universidad no pueden ponerte una falta por ejercer tu derecho a huelga y tampoco pueden despedirte de tu trabajo por hacerla, aunque te descontarán de tu sueldo la parte proporcional. Aquí tienes unas cuantas ideas para pancartas por si te animas.

Si eres hombre, ayuda a tus compañeras haciendo los turnos de trabajo para que ellas puedan faltar, pero ponte un pañuelo morado en el brazo para que todos vean que apoyas la huelga. Si estudias, asegúrate de coger los apuntes de clase y de mandárselos a todas por correo electrónico para que no se pierdan nada y la huelga no les perjudique. Si no trabajas y no tienes clase ese día, sal a la calle con tus compañeras, pero mantén un papel pasivo; la reivindicación es suya, así que no te pongas en la cabeza de la manifestación o agarres el megáfono. Permite a las mujeres conquistar los espacios que les han sido vetados históricamente.

La lucha no termina el 8 de marzo

Hay que trabajar cada día por un mundo más justo, no solo el 8 de marzo. La Universidad es un templo del conocimiento, es un lugar para abrir la mente y aprender cosas nuevas y el feminismo es una de ellas. Revisa tus comportamientos machistas y actúa contra los de los demás. El mundo necesita que haya personas más humanas, que se preocupen más por los demás y que tengan menos prejuicios. Nunca es tarde para empezar.

Como siempre, eTítulo se posiciona junto a las mujeres en su lucha por la igualdad. ¡Nos vemos en las calles, compañeras!

 

Escrito por  root

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