¿Estás pensando en opositar?, ¿te apetece ser funcionario? Sigue estos consejos para tener éxito en tus oposiciones y no perder la motivación.
Elige bien
Ahora que ya tienes tu eTítulo, puede ser que te estés planteando presentarte a unas oposiciones, y lo primero que tienes que hacer es conseguir toda la información que puedas para tomar la mejor decisión. No solo debes informarte sobre las plazas o sobre la dificultad de los exámenes, sino sobre cuál será el trabajo que vas a desarrollar una vez que apruebes, cuál es el salario al que podrás optar, qué actividades vas a desarrollar y si realmente te gusta. Piensa que ser funcionario tiene ciertas ventajas, pero si solo te fijas en eso y el trabajo te aburre o no te motiva, vas a pasar el resto de tu vida haciendo algo que no te gusta.
Consulta el buscador de oposiciones de la Administración y busca la que mejor se adapte a ti en función de tus intereses y formación.
Recuerda que las del Grupo A son para diplomados y licenciados universitarios, las de Grupo B para los titulados como técnico superior y las de Grupo C para bachillerato o ESO.
¿Cuánto se tarda?
La pregunta del millón. A pesar de que sería estupendo conocer de antemano el tiempo que vamos a emplear en preparar una oposición, hay tantas variables que influyen que resulta imposible determinar el tiempo exacto. Dependerá de tu formación previa, de la facilidad con la que retengas la información, de lo acostumbrado que estés a estudiar, del tiempo del que dispongas, de tu constancia, de si preparas la oposición por libre o asistes a clases…
La media aproximada de tiempo necesario para preparar unas oposiciones del Grupo C es de un año y para los de los Grupos B y A, el tiempo necesario varía entre los 18 meses y los cinco años en las oposiciones más duras.
Una vez que te has hecho a la idea de esto vas a necesitar reorganizar tu tiempo disponible y ver si realmente puedes permitirte hacerlo.
Orden
Ahora que te has decidido a opositar debes organizar muy bien todo tu temario. Separa cada tema y asígnale un color. Hazte con una zona de la pared para ir colgando tus anotaciones, esquemas y mapas mentales. Distribuye bien tu tiempo de estudio entre los distintos temas empezando por los más complejos y terminando con los sencillos.
Horarios
Lo más importante es hacerte un horario de estudio realista en función de tus capacidades y del tiempo del que dispongas y, sobre todo, cumplirlo. Tienes que tener en cuenta que estudiar oposiciones es una carrera a largo plazo y que se necesita resistencia y constancia. Aquí no valen los atracones que nos pegábamos durante la carrera estudiando toda una asignatura en los últimos días, sino que se necesita un verdadero compromiso y dedicación diaria. Eso sí, también hay que descansar para conseguirlo, así que resérvate al menos dos días libres a la semana para desconectar.
Técnicas de estudio
Recuerda que debes ir variando las técnicas de estudio para no aburrirte y que termines desconectando y sin entender lo que has leído. Es importante que veas qué técnicas se adaptan mejor a tu tipo de estudio y también al tema que estés trabajando. No debes estudiar igual las partes teóricas que las prácticas, pero tampoco debes estudiar siempre de la misma manera ni las teóricas ni las prácticas. En ir cambiando está la clave para mantener la concentración y sentirte estimulado. Prueba a hacer dibujos, a hablar en voz alta y grabarte, a hacer esquemas y fichas, etc.
Haz exámenes por temas
Ve practicando y valorando tus conocimientos haciendo exámenes reales para que sepas a qué te vas a enfrentar y estar mejor preparado. En internet hay numerosas páginas que te proporcionan exámenes para que vayas practicando (por ejemplo, aquí), pero también tú puedes crear tus propios test para que puedas ver claramente qué partes dominas mejor y qué partes necesitan más estudio.
Paciencia y tesón
Como decíamos antes, lo de preparar oposiciones es un trabajo que requiere un esfuerzo y dedicación continuos, y eso puede desesperarnos. Debes tener muy claros tus objetivos y tomártelo con calma. Habrá días en los que no te apetezca nada estudiar y días en que lo llevarás algo mejor; lo importante es que te lo tomes como un trabajo más y que no pierdas de vista la meta para que no decaiga la motivación.