Ventajas de estudiar en la biblioteca

Ventajas de estudiar en la biblioteca

En época de exámenes las bibliotecas de las universidades abren las 24 horas del día y siempre están llenas hasta la bandera. ¿Por qué será? ¿Qué ventajas tienen?

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1. Salir de la costumbre

En casa, generalmente, nos sentimos cómodos y tranquilos. Es nuestro espacio, nuestro territorio, y estamos acostumbrados a estudiar allí. Lo que pasa es que también estamos acostumbrados a ver la tele, a mirar el móvil, a jugar a la consola, a meternos en redes sociales, a ir a picar algo a la cocina… Y como el ser humano es un animal de costumbres, es posible que, aunque resulte paradójico, nos concentremos más en una biblioteca poblada de gente que absolutamente solos en nuestro hogar.

2. La incomodidad necesaria

La biblioteca, con sus normas estrictas de no dejar tu puesto más de 20 minutos, guardar silencio, no arrastrar las sillas, etc., resulta tan incómoda en realidad que no se te ocurre ir allí para nada más que para estudiar, con lo cual es casi seguro que aprovecharás el tiempo.

3. Bien acompañado

La biblioteca pública ofrece la posibilidad de estudiar con otros compañeros, pero sin que se pueda hablar mucho con ellos, lo que sirve para solucionar las dudas en un momento dado, nos dará una dosis de tranquilidad extra que nos viene muy bien,  pero no da pie a que la conversación se prolongue y haya distracciones.

4. Cada uno a sus cosas

Curiosamente es sencillo concentrarse. Cuando cientos de personas a nuestro alrededor están centradas en sus tareas, inevitablemente terminamos por imitarlos como buenos animales sociales que somos. Digamos que, para la mayoría de la gente, allí se crea un ambiente que te empuja a hacer precisamente lo que has ido a hacer, algo que nos viene de perlas.

5. Descansos productivos

Cuando uno se pasa muchas horas encerrado en casa acaba doliéndole la cabeza, se siente cansado, bajo de ánimo, etc. Y aunque nos tomemos descansos de estudiar cada rato, seguimos metidos en el mismo sitio y con el mismo ambiente opresivo que se crea durante los exámenes. En cambio, los descansos que hacemos en la biblioteca los hacemos en la calle. El aire fresco nos despejará y el cambio radical de ambiente hará que el descanso sea mucho más efectivo y que entremos con más energía. Eso sin contar que hay que ir hasta la biblioteca y luego volver a casa.

6. Material a tu alcance

Y no debemos olvidarnos de la ventaja que supone poder acceder a los libros necesarios para documentarnos. Si bien es cierto que a veces hay tortas para conseguirlos, siempre podremos hacernos con otros similares que nos sirvan, compartir los manuales con los compañeros, etc.

Cada persona tiene que encontrar el lugar que más le guste y donde más cómodo se sienta, pero si todavía no has probado lo de estudiar en la biblioteca de la universidad, adelante, seguro que te sorprende positivamente.

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