¿Se deben tener mascotas en pisos de estudiantes?

¿Se deben tener mascotas en pisos de estudiantes?

Tener una mascota es divertido, hace compañía, da cariño… En fin, nada que no se sepa ya. El problema es que la parte buena es tan buena que se nos olvidan el resto de cosas no tan agradables de tener mascotas en pisos.

 Estudiante mascota

Veamos primero los contras:

Gastos

Hay que tener en cuenta que cualquier mascota tendrá unos gastos mensuales en alimentación, desparasitantes, veterinarios, etc. ¿Quién se hace cargo en un piso compartido? Si uno solo es el propietario, entonces asunto resuelto, pero si lo que queréis es adoptar un animal entre todos la cosa se complicará a la hora de asumir responsabilidades.

No son juguetes

Cualquier animal requiere cuidados. No sería lógico hacerse con una mascota simplemente porque sí como parte del mobiliario. Es una decisión que hay que meditar de forma consciente y responsable porque por mucho que nos apetezca tener un compañero animal, no solo podemos pensar en nosotros mismos, sino que deberíamos plantearnos ciertas cuestiones para que todo vaya bien.

¿Seríamos unos buenos dueños para él?

Tenemos que ser objetivos y plantearnos si pasamos el suficiente tiempo en casa o estará solo muchas horas, si somos responsables para cumplir con sus horarios de salir o comer, si podremos educarlo y socializarlo correctamente entre todos, si podemos hacer frente a los ya mencionados gastos, etc.

¿Es esta casa el lugar apropiado para tenerlo?

Es decir, si hay espacio, si se puede caer por una ventana, si el casero nos pondrá problemas, si puede romper algo o si tenemos cerca alguna zona para pasear.

¿Y qué pasa después?

La convivencia en un piso de estudiantes, por muy bien que nos llevemos con nuestros compañeros, es temporal. Y cuando termine, tendremos una responsabilidad que no podremos partir en trozos. A veces el problema de que haya varios dueños es que, al final, nadie lo es. Por eso, lo aconsejable es que desde el principio alguien sea el propietario y se haga cargo de su mascota como corresponde.

Dependiendo del compañero que escojamos, tendremos que plantearnos cuál será su esperanza media de vida y tener claro que tendremos que ocuparnos de él mientras dure. Cualquier mascota es un miembro más de la familia y merece nuestro cuidado y atención; pensemos bien en esto antes de dejarnos llevar por un arrebato.

Ahora vamos con los pros (que molan más):

Responsabilidad

Un animal puede obrar milagros. Lo que no han conseguido tus padres en 18 años de machaque constante, puede hacerlo un cachorrete con solo ponerte ojitos tiernos. Y es que algunos bichos tienen el superpoder de hacernos responsables. Resulta que, de pronto, nos levantamos antes para sacarlos o para estar con ellos antes de ir a clase, seguimos un horario más constante y pasamos más horas en casa. ¿Nos viene bien esto para nuestros estudios? La respuesta es sí. La regularidad y la responsabilidad afectarán positivamente en nuestro rendimiento.

Compañía

Una mascota nos acompaña cuando estamos solos, enfermos o tristes (claro, siempre que sea una mascota normal, si tenemos una mantis religiosa, un geco o compañeros similares, entonces ya puedes dejar de leer). Para los que tienen que irse lejos de casa para poder estudiar, una mascota puede ser un gran consuelo en los malos momentos, una nueva familia con la que contar cuando nos falta la original. Ocuparnos de un animal nos da confianza y seguridad, lo que mejorará nuestro estado de ánimo y, de paso, nuestro rendimiento académico.

Concentración

Si bien es cierto que una mascota con mimos o con ganas de jugar puede hacernos imposible centrar la atención en el tocho de estadística avanzada, también, de alguna forma, consigue que aprendamos a priorizar y a centrarnos. Cuidar de un animal trasmite cierta paz que, en general, estimula nuestra capacidad de concentración.

Convivencia

Además, si se gestiona bien (y ese es un punto muy importante), tener una mascota en un piso de estudiantes puede ayudar a mantener cierta armonía en la casa y a hacer la convivencia más agradable. Eso sí, si se gestiona mal, si la casa está sucia, si alguno de los compañeros está a disgusto o si no se educa al animal correctamente, puede pasar justo lo contrario, y que la convivencia sea un infierno. Por lo tanto será nuestra responsabilidad que todo funcione correctamente.

Una vez analizados pros y contras, ya podemos decidir qué hacer con un poco de criterio y tomar la decisión correcta. No hay una fórmula única para saber qué hacer a la hora de adoptar una mascota en un piso compartido, porque tampoco todos somos iguales. La respuesta fácil sería que es mejor esperar a terminar nuestros estudios y a tener nuestra propia casa, pero no todos funcionamos igual ni necesitamos las mismas cosas. Si entendemos que una mascota no es un capricho y estamos dispuestos a asumir el compromiso que supone tenerla, adelante. Seguro que no nos arrepentiremos.

One thought on “¿Se deben tener mascotas en pisos de estudiantes?

  1. María Camila Arroyo

    He visto un perro muy lindo solo que mal cuidado, quise adoptarlo pero el próximo año tendré que ir a una ciudad vivir en un edificio y compartir apartamentos con estudiantes, no se que hacer en verdad quería darle mi amor pero es muy complejo querer quererlo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *