¿Qué sabes sobre el alcohol? Infórmate

¿Qué sabes sobre el alcohol? Infórmate

No es nuestra intención daros la charla ni ponernos moralistas, pero como estar bien informados nunca está de más, ahí van algunos datos útiles sobre el alcohol y sus efectos.

alcohol

Empecemos por lo básico: ¿de qué están hechas las bebidas alcohólicas?

Básicamente están compuestas de agua y etanol, que es el compuesto activo. Además también tienen diversos contaminantes como aromas o sabores que pueden producir efectos tóxicos. Estos contaminantes pueden ser naturales (producto de la fermentación) o artificiales (adulterantes químicos).

Algunos de estos contaminantes son:

Adulterantes: el etilenglicol o el metanol, que es el más común y sale mucho más barato que el etanol. Es el adulterante que llevan las bebidas que clasificamos como “garrafón” y a pesar de su precio más asequible tienen el hándicap de que producen muchísima resaca.

Aditivos: cloropicrinas para estabilizar el vino.

Congéneres: histamina que aparece de forma natural en el proceso de fermentación del vino o tiramina que tiene efecto vasodilatador y causa hipertensión y dolor de cabeza.

Un vistazo a las estadísticas

Según el plan nacional sobre drogas el panorama actual sobre el consumo está así:

  •  El 94,2% de los españoles han consumido alcohol alguna vez.
  •  El 75% de ellos lo han hecho en el último año.
  •  Un 63,3% lo hace mensualmente.
  • Y un 11% lo hace a diario.

Un bebedor es excesivo cuando consume entre 60-80 gramos de alcohol al día (20% de los españoles). Entre los 15 y los 64 años, el 5,5% son bebedores de riesgo. El 5% de la población española tiene dependencia del alcohol. Solo el  6% de la población nunca ha consumido alcohol. En España hay entre 3 y 4 millones de alcohólicos, quedando en el sexto puesto en el ránking mundial de países con más consumo de alcohol, y el tercero en Europa. La población abstemia es de un 5,8%.

Todo esto genera una grave problemática sociosanitario porque entre  el 20-30% de las hospitalizaciones se deben al alcohol, el 15% de las urgencias generales, e influye en  el 50% de las psiquiátricas y en los suicidios (10-30%). Las cifras se disparan en los accidentes de tráfico donde su influencia es del  50% y en otros delitos como las agresiones, robos, tráfico, etc. donde la presencia del alcohol aparece en un 70% de los casos.

Inquietante, ¿verdad? Pues aún no hemos hablado de lo que produce en el organismo.

Intoxicación aguda o borrachera de finde

Las dosis tóxicas dependen de la cantidad de alcohol ingerida, pero también de lo acostumbrados que estemos a su consumo, de si tenemos el estómago vacío o lleno y a ciertas circunstancias individuales como el peso, el sexo, la complexión… El alcohol es un depresor del sistema nervioso, pero en su fase inicial produce un efecto euforizante y deshinibidor. En general, los efectos son estos:

  • Entre el 0,1 y  0,5 (gramos por litro de sangre) casi todos estamos sobrios.
  • Del 0,3 al 1,2 se entra en estado de euforia en el que disminuye la atención y el juicio y empezamos a tener problemas de coordinación.
  • Del 0,9 al 2,5 estamos en estado de excitación, que genera inestabilidad emocional, pérdida de la capacidad crítica y, más importante sobre todo a la hora de conducir, disminución del tiempo de reacción por afectación del cerebelo.
  • De 1,8 a 3 llegamos al estado de confusión con síntomas como emotividad exagerada, vértigo, percepciones sensoriales extrañas y falta de coordinación motora.
  • Entre 2,7 y 4 llegamos al estupor, que es el estado previo al coma en el que los síntomas son la apatía, la falta de respuesta a estímulos y la falta total de coordinación.
  • Entre 3,5 y 5 llega el coma, que produce una depresión del sistema nervioso central, arreflexia (falta de reflejos) y, por las mermadas funciones del sistema nervioso, hipotermia.
  • A partir de 4,5 se origina una parálisis respiratoria y, en consecuencia, la muerte.

Abuso crónico o bebo demasiado a menudo

El alcohol afecta a todos los órganos pero principalmente al hígado y al páncreas. En el sistema digestivo ocasiona que se formen varices en el esófago que pueden romperse y producir hemorragias, también irrita el  estómago, lo que daña la mucosa y genera gastritis. La afección más común es la toxicidad hepática (esteatosis hepática) en la que se produce una alteración en el hígado que provoca un depósito de grasa (vamos, para entendernos, lo que viene siendo el foie gras). Tras este proceso se produce una cirrosis, que es un mecanismo de autorreparación del propio órgano y que al mismo tiempo hace que el hígado se degenere.

Además de los anteriores problemas también se generan:

  • Trastornos cardiacos: miocardiopatía alcohólica: adelgazan las paredes del corazón y no se contrae de forma eficaz. A la larga produce insuficiencia cardiaca.
  • Toxicidad neurológica: produce demencias, depresión y alteraciones motoras.
  • Acidosis metabólica.
  • Alteraciones hematológicas: anemia (falta de glóbulos rojos).
  • Déficit nutricional: falta de vitamina B.
  • Alteraciones endocrinas: hipoglucemia (peligroso para los diabéticos). Y también baja los niveles de testosterona.

El recorrido del alcohol en el cuerpo y su eliminación

Primer paso, absorción: El 20-30% se absorbe en el estómago y el resto (70-80%) en el duodeno (primera parte del intestino delgado). El alcohol puede tener distinta velocidad de absorción dependiendo del alimento (con el estómago lleno la absorción es más lenta), la concentración de alcohol (a más concentración mayor absorción), la atrofia (deterioro de la mucosa del estómago por consumo continuado) y la forma de beber. Tras la absorción, el alcohol va a la sangre.

Segundo paso, distribución: los niveles máximos se alcanzan entre los 30 y los 60 minutos tras el consumo, pero se puede atrasar hasta 3 horas si hemos comido. El alcohol pasa a la sangre y la sangre recorre todo el cuerpo, por lo que, por lógica, el alcohol llega a todos los órganos dependiendo del nivel de agua de que se componga cada uno.

Tercer paso, metabolización: este proceso comienza tras la llamada Meseta de Grehant, que es el punto máximo de alcohol en sangre. A partir de aquí, el organismo empieza a destruir el alcohol por medio de la oxidación y la mayoría de ese proceso ocurre en el hígado, donde se elimina el 95% de forma constante a una velocidad de 0,15 gramos por litro a la hora (conductores, tened esto en cuenta para saber si daréis o no positivo en un control).

Cuarto paso, habituación: Cuando bebemos alcohol habitualmente aumenta la tasa de metabolización, es decir, entrenamos a nuestro hígado y esto genera tolerancia. Por eso, los bebedores habituales metabolizan el alcohol más rápido (necesitan beber más para emborracharse) que las personas que no están acostumbradas.

Quinto paso, eliminación: el etanol se elimina por aire espirado (importante para las pruebas de alcoholemia), mediante la orina o por la saliva.

Dato vital para conductores: equivalencia en aire espirado

El alcohol que desprendemos con el aire espirado está relacionado con el que tenemos en sangre, de manera que la cantidad de alcohol que salga en 2 litros de aire espirado es igual a 1 mililitro de alcohol en sangre. Solo hay que hacer la cuenta y punto. Por ejemplo, si tenemos  1 g/L (tres cubatas) y lo dividimos entre mil (para tener 1 mg/mL), entonces, según la relación anterior, se corresponderá con dos litros de aire expirado. Con un litro deberíamos encontrar 0,5 mg/mL, y así, dependiendo de la cantidad de aire que midamos.

La cuestión no es que bebamos o no, sino que lo hagamos con cabeza y sin que se convierta en la única forma de ocio posible. Y, por supuesto, lo que jamás debemos hacer es conducir si hemos bebido por muy bien que nos sintamos. Si tienes dudas, vuelve a echar un ojo a las estadísticas.

¡Hala! ¡Feliz finde a tod@s!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *