Astenia primaveral o la excusa para hacer pellas

17 Abr 2016
Nuestro blog
0 Comment
Astenia primaveral o la excusa para hacer pellas

¿Crees que padeces astenia primaveral y que por eso no tienes ganas de estudiar? Pues lee esto porque vas a tener que buscarte otra excusa mejor…

 Astenia

Lo sentimos, pero no cuela

Llega la primavera, el sol brilla, sube la temperatura, anochece más tarde, los pájaros cantan… y ahí estás tú, con el mismo horario de clases, teniendo que hacer mil trabajos, pasar apuntes, preparar exámenes y todas esas cosas que, siendo sinceros, no te apetece nada hacer.

Porque la verdad es que es primavera y hay flores y se está muy bien al sol y se está genial en las terrazas de los bares y retozando en el parque, y dices: ¿por qué será que no me apetece ir a clase ni estudiar? Y una serie de personas se inventan una respuesta estupenda para que sus empresas de compuestos vitamínicos y jalea real peguen otro repunte en primavera y su negocio no se termine con los resfriados del invierno: la astenia primaveral. ¡Yuhu! Ellos tienen su dinero y nosotros nuestra excusa, porque, seamos honestos, no hay como ponerle un nombre clínico a algo que no existe para que todos nos demos cuenta de que lo tenemos.

Pero lo cierto es que médicos y psicólogos están de acuerdo: la astenia primaveral no existe. Lo sentimos, habrá que buscarse otra excusa más realista para hacer pellas.

Aclarando conceptos

Vamos a puntualizar: la astenia existe y se corresponde con un conjunto de síntomas clínicos entre los que se incluye la fatiga generalizada, la falta de concentración, atención y memoria, debilidad física y psicológica, disminución de la libido, etc. Puede ser de origen físico (por anemia, problemas de sueño, por efectos secundarios de fármacos o como resultado de enfermedades más graves) o psicológico.

La cuestión es que no tiene ninguna relación con la primavera. Muchas personas acuden con este cuadro clínico a consulta durante todo el año y no solo durante esta estación. Ni tampoco la cifra de pacientes (que realmente la padecen) aumenta por estas fechas a pesar de la publicidad que las farmacéuticas hacen de sus “pastis milagro” que sí aumentan sus beneficiosas ventas en este periodo.

La cruda realidad

La cuestión es que es normal que tras pasar unos meses congelado de frío, inmerso en la rutina, viendo anochecer a las cinco de la tarde y deseando que llegue el buen tiempo para poder hacer todos esos planes con los que soñamos cuando no podemos hacerlos, veamos la primavera como el inicio del verano, y por tanto, el final de todas esas rutinas y congelaciones. Pero resulta que aún es primavera y no verano y aunque haya días en los que el termómetro alcance los 27 grados, todavía tenemos que ir a clase, estudiar, hacer trabajos y todas esas cosas.

¿Cómo no nos va a dar bajón algo así? Si queremos llamarlo astenia primaveral, pues bueno, es igual de absurdo que decir que tenemos síndrome postvacacional cuando lo que tenemos es ninguna gana de reincorporarnos a las clases. El caso es que, psicológicamente, inventarse enfermedades que no existen es dañino, porque no hay nada como creer que estamos enfermos para acabar sintiéndonos enfermos y enfermando de verdad (aunque sea mentalmente).

Además del aspecto psicológico, los síntomas físicos que experimentamos se deben, según los médicos, a que nos estamos aclimatando a la subida de temperaturas y al cambio de hora, cosas para las que, por cierto, no se necesita medicación de ningún tipo, sino tiempo y paciencia.

Cuidado con las enfermedades inventadas

Por otro lado, el atribuir los síntomas de la astenia a la primavera puede hacer que no le demos importancia a algo que sí nos está sucediendo realmente. Si lo que pasa es que tienes anemia y en vez de ir al médico y hacerte análisis, tomas ginseng y no hierro porque crees que tu cansancio se debe a algo que no existe, no estás solucionando el problema real y la afección puede agravarse.

Si te sientes alicaído, mira a ver si te pasa algo de verdad (en cuyo caso, lo que necesitas es ir al médico) o simplemente es que estás hasta las narices de estudiar y de no tener todo el tiempo libre que te gustaría. Y como lo más probable es que lo que te pase sea la segunda opción, pero aún queda curso al que asistir y exámenes finales que hacer, lo que necesitas urgentemente no es própolis, sino centrarte en reencontrar la motivación perdida.

¡¡Ánimo y a aguantar, chic@s, que no queda tanto para conseguir vuestro eTítulo!!

Escrito por  Webmaster

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *