¿Seguro que comprendes lo que estudias?

19 Nov 2017
Nuestro blog - Universidad
¿Seguro que comprendes lo que estudias?

A veces nos aprendemos las cosas sin comprenderlas y luego se nos esfuman de la cabeza enseguida, pero comprender lo estudiado es fácil si usamos algunos trucos.

Un mal común

A todos nos ha pasado: dedicamos un buen rato a leer el temario del examen, tratamos de extraer las ideas importantes, subrayamos e incluso escribimos notas en los márgenes, pero luego, después de todo ese proceso, nos damos cuenta de que no nos hemos enterado de nada y de que nuestro texto sigue siendo igual de críptico que al empezar a estudiar, pero con la diferencia de que ahora es de color amarillo fosforito de principio a fin y hace daño a la vista.

La necesidad de comprender

Según la Real Academia Española, la primera acepción de comprender es Abrazar, ceñir o rodear por todas partes algo. Bonito, ¿verdad? Pues eso es exactamente lo que debemos hacer con los contenidos de nuestra carrera hasta que obtengamos nuestro eTítulo.

Comprender lo que estudiamos en vez de aprender a repetirlo como papagayos es importantísimo para aprobar los exámenes y para salir bien formados de la carrera, pero la comprensión requiere cierto esfuerzo de asimilación y comparación que debemos realizar, porque solo las personas capaces de hacer este trabajo destacarán y se convertirán en auténticos profesionales en su sector.

Si queremos comprobar que entendemos lo que hemos estudiado, hay varios trucos que podemos usar y que nos facilitarán la labor, pero, como siempre, necesitaremos tiempo. Si nos vamos a poner a estudiar el día antes, mejor dejarlo.

Divide y vencerás

Lo primero es dividir el texto en partes. Sí, normalmente hay temas que ya se encargan de eso, pero nos referimos a partes más pequeñas. Al hacer la lectura comprensiva hay que pararse después de cada punto y aparte, más o menos, y hacernos unas cuantas preguntas del tipo: ¿de qué está hablando?, ¿qué quiere decir con esta expresión?, ¿puedo relacionar lo que he leído con otra cosa que sí comprenda?, ¿cuál es mi opinión sobre esto? (si es que lo que lees admite opinión) o ¿esto forma parte del contenido principal o es una idea secundaria? (de esta manera, además, podrás ir valorando la importancia de cada apartado).

Pregúntatelo todo

Cuando hayas terminado de estudiar y quieras comprobar si lo has entendido bien, lo mejor que puedes hacer es examinarte a ti mismo. Escribe las preguntas de lo que crees que puede caer en el examen y también las que consideres que no caerán, porque la experiencia nos dice que, a veces, los profes se ponen muy creativos con las preguntas del examen.

Busca ayuda

Nada indica tanto nuestros conocimientos sobre algo que el tener que explicárselo a otro. Si somos capaces de contar bien lo que hemos leído, usando nuestras propias palabras y contestamos sin problemas a las dudas que nos pueda plantear nuestro interlocutor, entonces es que nos lo sabemos de maravilla. Hacer esto también refuerza nuestra confianza para enfrentarnos al examen con menos estrés.

Curiosidad al poder

Ya hemos hablado de lo esencial que es tener curiosidad para un estudiante y aquí también nos puede servir. Buscar otras fuentes, otros autores o teorías que hablen sobre nuestro tema de estudio puede ayudarnos a tener una comprensión más global y experta de la materia, lo que claramente se va a reflejar en nuestras notas.

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