El verano puede acabar con tu móvil: protégelo

21 Ago 2014
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El verano puede acabar con tu móvil: protégelo

Cuida tu móvil. El verano es la época propicia para los accidentes mortales de móvil.

móvil

 

El enemigo número uno es el agua, así que no te inclines con él en el borde de la piscina, y tampoco lo dejes cerca de la tercera cerveza… Los váteres no son tan inocentes como parecen, cuidado con acercarnos a ellos con los móviles en algún bolsillo poco seguro. En caso de que tu teléfono se moje, sécalo rápidamente y mételo en un bote con arroz durante 24 horas. A veces resucita. A veces no, pero por probar no perdemos nada. Si se impregna con bebidas azucaradas, este remedio no funciona. Hay que llevarlo al servicio técnico y, a menudo, esperar el peor de los diagnósticos.

Valora comprar una funda acuática para los momentos de mayor peligro. Algunas son caras, pero eficaces, y siempre resultan más económicas que adquirir un nuevo teléfono.

El enemigo número dos es el sol, que recalienta y funde plásticos y circuitos con pasmosa velocidad. Protege tu móvil a la sombra en la playa o la piscina, y no lo olvides nunca en un coche aparcado a la intemperie. Los iPhone suelen avisar de que la temperatura es muy alta y que debe bajarse antes de continuar su uso. Pero si te lo has olvidado en el coche, ya puede estar gritando socorro que nadie lo salvará de reunirse con Steve Jobs.

El tercer enemigo son los ladrones. No lo dejes en la mesa de las terrazas o en la barra del bar, no lo lleves en el bolsillo trasero del pantalón, ni en el bolso abierto… Protégelo con clave de acceso, aunque resulte pesado teclearla cada vez que vayas a usarlo, te acostumbrarás enseguida y, de paso, estarás a salvo de cotilleos. Apunta en un lugar seguro en tu casa su número IMEI (un código de 15 dígitos que se sabe al teclear *#06# o que suele venir escrito en el interior del teléfono); esto te servirá para denunciar el robo y así, aunque no lo recuperes, se podrá desactivar y tampoco le valdrá a quien te lo haya quitado: un consuelo. Si te lo roban, no olvides ir a la Policía y poner la correspondiente denuncia porque a veces el seguro lo cubre.

El cuarto enemigo es la gravedad. Quizá el más mortífero, este cruel adversario ataca indistintamente sea verano o no, pero conviene tenerlo muy en cuenta sobre todo durante nuestras vacaciones en el extranjero. Tener cuidado con no despeñar el móvil no es una solución porque, en general, nadie quiere que su teléfono acabe sus días estampado en el suelo con las tripas fuera. Un accidente lo tiene cualquiera y en cualquier momento, por lo que el pobre aparato puede morir incluso al día siguiente de comprarlo. Como luchar contra la gravedad es imposible, lo mejor será hacernos con una buena carcasa y un protector de pantalla antigolpes, y con una herradura, pata de conejo, rosario o similar y rezar para que cuando llegue la caída (que lo hará) no sea fatal.

Cualquier empresa de telefonía ofrece seguros asequibles que nos compensan por la alta mortalidad de sus aparatos. Si eres de los que cree que no puede luchar contra los elementos, contrata uno. Por unos 10 euros al año, tendrás la tranquilidad de saber que si fallan la herradura, la pata de conejo, el rosario, los rezos e incluso la carcasa, al menos en pocos días una cigüeña (o señor mensajero) llamará a tu puerta para entregarte otro teléfono nuevecito al que matar.

Escrito por  Webmaster

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